Cuando se conversa con varios representantes del mundo político, la gran mayoría señala que se requiere una reforma al sistema político del país para brindar una señal de mayor gobernabilidad sea quien sea quien esté al mando.
Si uno mira el Congreso Nacional puede dar cuenta de un archipiélago de partidos políticos que están representados en ambas Cámaras, una veintena de bancadas que dificulta el lograr acuerdos que vayan en beneficios de los ciudadanos.
Está misma discusión se ha extendido por años entre los políticos pero nadie ha siquiera propuesto como mejorarlo, pero han existido ideas.
Una es que no puedan participar en el Congreso un partido que tenga fuerza electoral de menos del 5% de los votos a menos que tenga ocho parlamentarios. Ante esto se han opuesto todos los partidos pequeños porque los imposibilita de estar.
Esto es un tema clásico de la incumbencia, proponer algo que afecte a los incumbentes… claramente se van a oponer.
Este debate no significa ni achicar ni agrandar el Estado, es partir viendo, que sobre y que falta. Hay que tener la voluntad de ver que se está haciendo bien y que mal y a partir de ahí comenzar a avanzar y esperar llegar a un proyecto que se concrete en 10 años más.
Revisa aquí el análisis de Nibaldo Mosciatti y Néstor Aburto, en Causa y Efecto.