Causa y Efecto: ¿Se generó un mecanismo desde la política para corromper al Poder Judicial?

Cuando reventó el Caso Audio, que tiene como epicentro o protagonista a Luis Hermosilla, se planteó que desde el teléfono de este hombre podían salir muchas cosas; como una verdadera caja de pandora.

Hermosilla ha sido por mucho tiempo uno de los abogados más “conectados” e influyentes, cruzando el mundo judicial, político y empresarial, de izquierda a derecha.

Esta investigación y los famosos chats, al inicio de esta semana, salpicaron particularmente al Poder Judicial y a la Corte Suprema. Cadena de favores, presunta red de tráfico de influencias y un cuestionado sistema de nombramiento y designación de autoridades son algunos de los temas y debates que se tomaron la agenda en esta jornada.

Todo pareciera indicar que los actores políticos debieran quedar fuera de los procesos de nominación de jueces y existir un sistema de concurso. Muchos magistrados, aparentemente, para ascender, necesitaban estar apalancados a grupos políticos. Cabe mencionar que esto siempre funcionó desde una lógica binominal.

Estamos viendo un escándalo brutal que está remeciendo la confianza pública respecto a los tribunales de Justicia. Esto se suma a lo ya ocurrido en torno al ámbito político, la policía, las Fuerzas Armadas y con la relación entre el mundo político y empresarial con el financiamiento irregular de la política.

Crisis en la Corte Suprema

En este emblemático caso, hay que estar muy atento a qué información sale a la luz y cuál se va barriendo bajo la alfombra.

Indudablemente, todo esto constituye, una una crisis tremenda para la primera magistratura del país, ya que incide en la credibilidad y uno podría pensar, legítimamente, que se trata de una Justicia que funciona con cuenta corriente. ¿Qué democracia puede existir si la justicia está enredada en estos casos de corrupción?

La política se ha venido metiendo en grupos dentro del Poder Judicial hace mucho tiempo y eso todos lo saben. Entremedio, también ha surgido la polémica, por ejemplo, con los nombramientos de notarios y conservadores.

La pregunta es si acaso se generó un mecanismo, desde la política, para influir y corromper al Poder Judicial a cambio de permitir abrir la puerta para que algunas personas accedieran a determinados puestos.