Efemérides: El 6 de octubre de 1889 abre sus puertas en París, el cabaret Moulin Rouge

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El 6 de octubre de 1889 abre sus puertas el cabaret Moulin Rouge en París. Fue fundado por el catalán Josep Oller en el barrio artístico y bohemio de Montmartre.

El icónico molino rojo del local se debe a que en dicha zona antiguamente habían varios molinos de viento situados en la parte alta. La cumbre de 170 metros de altitud era un lugar de vientos regulares.

Esa tradición molinera se conserva hasta el siglo XIX y con los nuevos planes urbanísticos las estructuras comienzan a ser desmanteladas. Solo quedaron tres donde destaca el Moulin de la Galette.

En tanto, respecto al llamativo color rojo del cabaret se debe a su cercanía al barrio rojo parisino y la connotación erótica que representa.

Pese a ofrecer algo no tan novedoso en la ciudad francesa, el éxito del Moulin Rouge se debe al renombre de los artistas invitados y la fastuosidad de las fiestas realizadas.

La oferta de espectáculos consistía en fiestas de mascaras, concursos de cancán, fiestas de la primavera y todo rodeado de mucho glamour.

El segundo factor se debió a la publicidad ya que para los carteles, Josep Oller contrató al pintor Henri de Toulouse-Lautrec, quien era un asiduo cliente del local.

Tras la apertura, el afamado artista pasaba largas horas bebiendo coñac. Instancia que aprovechó para realizar dibujos de las bailarinas y el entorno, lo que terminó sorprendiendo al dueño.

La leyenda cuenta que al pintor se le ofreció barra libre en el bar para diseñar los carteles publicitarios del Moulin Rouge.

Finalmente el famoso cabaret francés se convirtió en el lugar de trabajo de Henri de Toulouse-Lautrec y en la gran fuente de inspiración para su obra.

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El 6 de octubre de 1889 abre sus puertas el cabaret Moulin Rouge en París. Fue fundado por el catalán Josep Oller en el barrio artístico y bohemio de Montmartre.

El icónico molino rojo del local se debe a que en dicha zona antiguamente habían varios molinos de viento situados en la parte alta. La cumbre de 170 metros de altitud era un lugar de vientos regulares.

Esa tradición molinera se conserva hasta el siglo XIX y con los nuevos planes urbanísticos las estructuras comienzan a ser desmanteladas. Solo quedaron tres donde destaca el Moulin de la Galette.

En tanto, respecto al llamativo color rojo del cabaret se debe a su cercanía al barrio rojo parisino y la connotación erótica que representa.

Pese a ofrecer algo no tan novedoso en la ciudad francesa, el éxito del Moulin Rouge se debe al renombre de los artistas invitados y la fastuosidad de las fiestas realizadas.

La oferta de espectáculos consistía en fiestas de mascaras, concursos de cancán, fiestas de la primavera y todo rodeado de mucho glamour.

El segundo factor se debió a la publicidad ya que para los carteles, Josep Oller contrató al pintor Henri de Toulouse-Lautrec, quien era un asiduo cliente del local.

Tras la apertura, el afamado artista pasaba largas horas bebiendo coñac. Instancia que aprovechó para realizar dibujos de las bailarinas y el entorno, lo que terminó sorprendiendo al dueño.

La leyenda cuenta que al pintor se le ofreció barra libre en el bar para diseñar los carteles publicitarios del Moulin Rouge.

Finalmente el famoso cabaret francés se convirtió en el lugar de trabajo de Henri de Toulouse-Lautrec y en la gran fuente de inspiración para su obra.