Efemérides: Muere Augusto D´Halmar, el primer escritor Premio Nacional de Literatura de nuestro país

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Augusto D´Halmar, el primer escritor en recibir el Premio Nacional de Literatura de nuestro país en el año 1942, murió a los 68 años el 27 de enero de 1950.

Nació en Santiago el 23 de abril de 1882, era hijo del navegante francés Auguste Goeminne y de la chilena Manuela Thomson Cross, descendiente de un marino sueco.

A los pocos días de haber nacido, su familia se trasladó de Valparaíso y su padre los abandonó.

Quedó huérfano a los 10 años por lo que fue criado por su abuela materna Juana Cross Prieto de Thomson quien estaba casada con el Barón D´Halmar, título de la lejana nobleza sueca.

Cambió su apellido original, Goeminne, al de su bisabuelo movido por una antipatía a su padre, quien había desamparado a su madre luego de prometerle matrimonio.

Augusto recurrió a “D´Halmar” como su apellido literario.

Cuando tenía no más de 16 años tuvo que dejar los estudios para ganarse la vida, se hizo entonces periodista.

En 1900 fundó la revista literaria “Luz y Sombra”.

En 1902 Augusto D´Halmar publicó “La Lucero”, obra testimonial, retrato De Santiago de 1900 y particularmente del Barrio Yungay. Posteriormente fue reeditada.

En 1904, junto con Fernando Santiván y Julio Ortiz de Zárate, fundó la Colonia Tolstoyana, que fue frecuentada por pintores, escritores y escultores chilenos

Ha sido considerado uno de los fundadores del “Grupo los 10” entre los que era conocido como “El hermano errante”.

Tras desempeñarse como secretario del ministro de Relaciones Exteriores de la época, fue nombrado Cónsul de Chile en India, estuvo dos años en el cargo para trasladarse a Perú.

Regresó brevemente a Chile en 1915, dio a conocer “Los originales de Gatita” un conjunto de 17 relatos breves que se publicaron en distintas ocasiones.

A su regreso a Chile en 1934 recibió homenajes y se desempeñó como funcionario de la Biblioteca Nacional.

“Recuerdos Olvidados” es un libro de memorias de Augusto D´Halmar.

En su epitafio escrito por él mismo se lee: «No vi nada, sino el mundo; nada me pasó, sino la vida».

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Augusto D´Halmar, el primer escritor en recibir el Premio Nacional de Literatura de nuestro país en el año 1942, murió a los 68 años el 27 de enero de 1950.

Nació en Santiago el 23 de abril de 1882, era hijo del navegante francés Auguste Goeminne y de la chilena Manuela Thomson Cross, descendiente de un marino sueco.

A los pocos días de haber nacido, su familia se trasladó de Valparaíso y su padre los abandonó.

Quedó huérfano a los 10 años por lo que fue criado por su abuela materna Juana Cross Prieto de Thomson quien estaba casada con el Barón D´Halmar, título de la lejana nobleza sueca.

Cambió su apellido original, Goeminne, al de su bisabuelo movido por una antipatía a su padre, quien había desamparado a su madre luego de prometerle matrimonio.

Augusto recurrió a “D´Halmar” como su apellido literario.

Cuando tenía no más de 16 años tuvo que dejar los estudios para ganarse la vida, se hizo entonces periodista.

En 1900 fundó la revista literaria “Luz y Sombra”.

En 1902 Augusto D´Halmar publicó “La Lucero”, obra testimonial, retrato De Santiago de 1900 y particularmente del Barrio Yungay. Posteriormente fue reeditada.

En 1904, junto con Fernando Santiván y Julio Ortiz de Zárate, fundó la Colonia Tolstoyana, que fue frecuentada por pintores, escritores y escultores chilenos

Ha sido considerado uno de los fundadores del “Grupo los 10” entre los que era conocido como “El hermano errante”.

Tras desempeñarse como secretario del ministro de Relaciones Exteriores de la época, fue nombrado Cónsul de Chile en India, estuvo dos años en el cargo para trasladarse a Perú.

Regresó brevemente a Chile en 1915, dio a conocer “Los originales de Gatita” un conjunto de 17 relatos breves que se publicaron en distintas ocasiones.

A su regreso a Chile en 1934 recibió homenajes y se desempeñó como funcionario de la Biblioteca Nacional.

“Recuerdos Olvidados” es un libro de memorias de Augusto D´Halmar.

En su epitafio escrito por él mismo se lee: «No vi nada, sino el mundo; nada me pasó, sino la vida».