Después de dos años con diversos gobiernos de hecho, golpes de Estado y división, a fines de 1932 las cosas tendieron a normalizarse, con la decisión de hacer regir la Constitución de 1925, a través de nuevas elecciones presidenciales, donde destacaba la supremacía civil sobre el poder militar, a diferencia de lo que había ocurrido en los siete años anteriores. La elección presidencial se realizó el 30 de octubre de 1932, y en ella compitieron cinco postulantes: Arturo Alessandri (liberal), Héctor Rodríguez de la Sotta (conservador, partidario del liberalismo económico), Enrique Zañartu (liberal democrático), Marmaduke Grove (socialista) y Elías Lafferte (comunista). Eso era representativo de las corrientes tradicionales que existían en Chile, así como las nuevas expresiones vinculadas a los sectores populares, como era el Partido Comunista y el Socialista. El resultado favoreció ampliamente a Alessandri, quien logró 187.914 votos (54,6%). Los demás candidatos estaban mucho más abajo: Marmaduke Grove –que seguía relegado– obtuvo 60.858 sufragios (17,7%); Héctor Rodríguez de la Sotta tuvo 47.207 (13,8%); 42.885 (13,4) personas votaron por Enrique Zañartu; finalmente, el comunista Elías Lafferte logró 4.128 votos, lo que representaba el 1,2%. En total sufragaron 343.892 ciudadanos, con una abstención del 20% y solo 902 votos blancos o nulos (Ricardo Cruz-Coke, Historia electoral de Chile 1925-1973, p. 99). El gran efecto de la elección de Arturo Alessandri fue que dio inicio al primer gobierno que completaría su período bajo la Constitución de 1925. La continuidad institucional se mantendría hasta 1973, con una historia que volvió a comenzar como había terminado la anterior etapa: con Arturo Alessandri en La Moneda.