En 2014, en pleno Juegos Suramericanos, la disciplina de la gimnasia artística se vio envuelta en una polémica, donde la mayor afectada fue la deportista Melany Cabrera.

Según denunció en aquella oportunidad la comentarista deportiva Soledad Bacarreza, la madre de Simona Castro, Ángela Lazo, instó a la peruana Mariana Chiarella a presentar un reclamo por el puntaje que le dieron los jueces en la final de la viga.

Tras entregada la apelación, cuya hoja habría sido llenada por la propia Lazo, la incaica subió del tercer al segundo lugar, arrebatándole la medalla de plata a Cabrera.

Melany Cabrera con su medalla de bronce | Archivo / Felipe Fredes - Agencia UNO
Melany Cabrera con su medalla de bronce | Archivo / Felipe Fredes – Agencia UNO

De eso han pasado tres años. Las lágrimas por ese duro momento quedaron atrás. La vida de Melany Cabrera no es la misma de antes.

El miércoles pasado, en el Gimnasio Municipal de Concepción, oficiaba como una de las juezas de la gimnasia artística en los Juegos Deportivos Nacionales Bío Bío 2017. En la actualidad, esa es una de las actividades a las que se dedica. En diciembre del año pasado, tras una ardua batalla contra las dificultades que presentaba su carrera deportiva, decidió retirarse del Alto Rendimiento. El sueño de niña llegaba a su fin de manera anticipada.

“El Sudamericano de Lima (noviembre del año pasado) fue mi última competencia, donde obtuve dos medallas; bronce por equipos y en viga. Después de eso hice mi retiro oficial y hoy en día soy juez de gimnasia y también entrenadora, pero de niñas más pequeñas, entre seis a nueve años”, cuenta Cabrera en conversación con BioBioChile, cinco meses después de anunciar vía redes sociales su alejamiento de esta disciplina.

La hoy exgimnasta de 28 años indica que su drástica determinación se debió por temas económicos.

“Hay varios motivos, pero el principal fue la falta de apoyo. Yo entrenaba seis horas diarias y no recibía nada a cambio. Me quitaron mi Proddar porque, según ellos, llevaba mucho tiempo lesionada. Para mí no fueron argumentos válidos. Después fui al Sudamericano, gané dos medallas y me dicen que tampoco me pueden devolver el apoyo, porque tenían que haber sido de oro, y yo saqué bronce. Todo esto te termina aburriendo. Al final no se puede continuar, no puedo entrenar y trabajar tantas horas diarias”, comenta la también profesora de Educación Física, quien afirma que lo ocurrido en los Odesur de Santiago no forzó su retiro.

“La verdad que no. Todo lo que pasó me molestó, me dio pena, rabia, pero después pude salir adelante y seguí entrenando. Más que nada la falta de apoyo fue lo que gatilló el retiro”.

Lo vivido en marzo de 2014 es un “capítulo cerrado” para la ex seleccionada nacional. “Ya pasó”, lanza aliviada, aunque reconoce que extraña su rutina como deportista.

“Este es uno de los primeros grandes eventos que vengo después de haberme retirado y me dan unas ganas enormes de competir. Es una decisión que está tomada; hay que seguir adelante con lo que me toca ahora”, sentencia.