“Los pésimos números de los chilenos coperos en 2017”, “El triste récord de los equipos chilenos en los torneos internacionales” y “El desastroso y preocupante nuevo fracaso de los equipos chilenos en torneos internacionales”, son solo algunos de los titulares que se pueden encontrar -sin una búsqueda exhaustiva- en Internet y que vienen a resumir de forma alguna, la paupérrima participación de los equipos nacionales en torneos extranjeros.

Ninguna novedad dirán ustedes, si consideramos que el 10-2 que recibió Palestino de manos de Flamengo en agosto recién pasado, terminó por confirmar que ni Colo Colo, ni Unión Española, ni Deportes Iquique, Universidad Católica, O´Higgins, Everton o Universidad de Chile, pudieron conseguir algo digno de destacar fuera de las fronteras nacionales.

¿Pero qué pasaría si les contara que eso no es verdad? ¿Que todos estos titulares hoy no cobran relevancia? Y es que si bien eso efectivamente ocurrió, esa es una la realidad que aquejó a los equipos masculinos, pero no a los femeninos.

Si como lo lee. Y es que los “pésimos resultados” y el “triste récord” de los equipos chilenos en este 2017 están muy lejos de Colo Colo Femenino

Y aquí le paso a contar la siguiente historia:

Las “albitas” como se le conoce coloquialmente al equipo femenino de Colo Colo, emprendieron rumbo a Paraguay el 7 de octubre pasado para disputar la IX edición de la Copa Libertadores Femenina 2017.

Lo hicieron en silencio, sin causar polémica ni tanto revuelo. Sin acaparar portadas de medios y sin corresponsales que las acompañaran. Ellas sólo tomaron el avión y se fueron.

Pocas horas después de su arribo debieron entrar rápidamente a la cancha, para medir fuerzas ante Universitario de Perú. Jugaron tan de memoria que hasta se les olvidó lo poco habían descansado, y pusieron tanta actitud que el resultado terminó 5-1 en su favor.

Tras esto, el equipo debió enfrentar a Cerro Porteño. En un partido cerrado y complicado, ante las ‘dueñas de casa’, las nacionales no destiñeron y rescataron un importantísimo punto al empatar 2-2 luego de iniciar 0-2.

El camino estaba tan bien pavimentado para seguir avanzando que el tercer encuentro de la fase de grupos fue un entrenamiento más para las dirigidas por Carlos Véliz. El marcador rápidamente se inclinó a su favor y el pitazo final dictaminó una victoria por 5-2 ante Colón de Uruguay.

Una tremenda alegría para las muchachas que, sin embargo, solo quedó allí. Y es que aquí en Chile eran “contados con los dedos de la mano” los medios que escribían una que otra línea sobre la participación de Colo Colo en la máxima cita continental.

Pese a esto, las chilenas no se “achicaron” y se instalaron en la gran final luego de superar al ‘poderoso’ River Plate de Argentina por 2-0.

Sin embargo, en el duelo por el título, la ‘caprichosa’ fue ingrata y la arquera paulista lo fue aún más. ¿El saldo? Cuatro penales convertidos, dos errados y Audax Corinthians campeón desde los ’12 pasos’.

A través de la transmisión vía streaming era posible sentir la rabia y desolación que aquejaba a nuestras guerreras. Digo streaming porque, aunque suene irrisorio, fue la única manera de seguir en imagen y en vivo el torneo de clubes más importante del continente.

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Aunque este último tema da para largo, no me quiero detener aquí. Y es que luego de este partido me surgió una interrogante ¿Qué hubiese pasado si Colo Colo se titulaba campeón?

De seguro hoy todos los diarios publicarían una pequeña con dos o tres párrafos. Un resumen del encuentro y los nombres de las chicas que hicieron los goles bastarían para informar.

Puede que, en una de esas, los canales también hubiesen dado unos minutos para mostrar el compacto del encuentro. Pero como la señal del video tal vez no era la optima, con dos o tres minutos se darían por cumplidos.

Quizás, y si alcanza el tiempo, una entrevista a la goleadora o un reportaje a fondo con la historia del club femenino más ganador de nuestro país, la que andaría dando vuelta por horas, días, semanas y si está buena por meses.

Pero NO. Como las ‘albas’ no ganaron, nada de esto pasará. Es más, de seguro ahora se volverá a la normalidad. A esa ‘normalidad’ que le encanta invisibilizar al fútbol femenino y todo lo que trae consigo.

Esa que decía que hace más de dos décadas que la Sub17 de Chile no clasificaba a un Mundial, siendo que en el 2007 las “Chicas de Rojos” si lo hicieron.

Esa que no celebró el tercer lugar obtenido en la Copa América de 2010 y que tal vez ni sabe que en abril de 2018 se celebrará en Chile.

Esa que continúa preguntándose ¿cuándo será el día que Colo Colo volverá a levantar la Copa Libertadores? Porque si bien en el 2012 las mujeres se alzaron con esta, supuestamente no fue lo mismo que en el 91’.

Y es que en Chile nos encanta subirnos al carro solo cuando se trata de una victoria. Vanagloriarnos cuando la pega ya está hecha y no cuestionarse, ni por un solo segundo, cómo fue que se llegó hasta aquí.

Las ‘albitas’ no se quedaron con el título, pero eso merece un tremendo reconocimiento porque ellas, a diferencia de otros tantos, sin grandes lujos, ni sueldos, ni portadas, ni auspiciadores, han sido el único equipo chileno que ha roto las fronteras nacionales para triunfar en los torneos extranjeros en los últimos años.

Pero da lo mismo, total es Colo Colo Femenino o ¿no?