La obra ¡En Parlamento! Trata de la conversación como herramienta esencial del ser humano para conocerse, solucionar diferencias y compartir el mundo es el hilo que conductor del espectáculo, y el buen o mal uso de la conversación es la que va permitiendo que la acción avance. A su vez, se va contando una historia real y muy antigua, la historia de Chile, y entregando una visón razonable y alternativa del origen del actual conflicto que protagonizan el Estado de Chile y el pueblo mapuche, alejada de versiones oficiales y versiones interesadas de la prensa.
Se desarrolla bajo la cabeza de un solo actor, un juglar, interpretado por Francisco Sánchez, quien utilizará todos los recursos cómicos, musicales y plásticos posibles para establecer un parlamento con los espectadores.
La reconocida compañía Tryo Teatro Banda está detrás de esta obra que recorre la historia y se asoma a un presente en que se desconocen sin pudor los más elementales acuerdos sociales y se sigue negando la conversación ante las demandas sociales.
El público y la historia
La bufonería, como punto de vista crítico del actor, le permite reírse de todo, poniendo en riesgo su cabeza, pero apoyado en el desafío de divertir al espectador y ponerse él mismo como el primer ejemplo de lo feo, grotesco y decadente.
Lo performático como estrategia mediante la cual el juglar está siempre involucrado en el “hacer”, en ejecutar una acción concreta (tocar y cantar, manipular objetos, pintar un cuadro en vivo, etc.) y no intentando “actuar” o “representar” algo, y, de este modo, bombardea al espectador con variados frentes a la vez, estimulando su radio de atención al máximo.
Reseña
En el Parlamento de Quilín, celebrado el 6 de enero de 1641, miles de mapuches y españoles lograron reunirse pacíficamente y firmar un tratado fronterizo que fue ratificado por el Rey Felipe IV de España, con el cual se quiso poner fin a la sangrienta Guerra de Arauco.
Este espectáculo de teatro musical histórico reconoce ese primer parlamento como el modelo que se repitió por 250 años en un desesperado intento por convivir en el mismo territorio, hasta que el Estado de Chile invadió el territorio mapuche por la fuerza e implantó su proyecto “civilizatorio”, origen del conflicto que hasta hoy nos pena.
