Elenco estelar también se luce en ópera “La carrera de un libertino”

La carrera de un libertino, foto de Patricio Melo (c)
La carrera de un libertino, foto de Patricio Melo (c)
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En su debut la noche del viernes en el Teatro Municipal de Santiago, el segundo reparto que está participando en las funciones de estreno en Chile de esta obra de Stravinsky se mostró sólido y eficaz. Tanto en lo musical como en lo escénico, la presentación confirmó que este montaje es hasta ahora lo más logrado en lo que va de la temporada lírica 2015 de ese escenario.

Por Joel Poblete

La carrera de un libertino, foto de Patricio Melo (c)

La carrera de un libertino, foto de Patricio Melo (c)

Las funciones que significan el estreno en Chile de una de las óperas más importantes del siglo XX, “La carrera de un libertino” (“The Rake’s Progress”) de Stravinsky, siguen confirmándose como lo mejor que ha ofrecido hasta ahora la temporada lírica 2015 del Teatro Municipal de Santiago. Esa impresión quedó tras asistir hace una semana a la premiere del elenco internacional (ya comentada en este sitio); y como ha ocurrido antes en diversas ocasiones, el segundo reparto, el llamado elenco estelar, también está en un excelente nivel, como se pudo apreciar en su primera función, el viernes 24.

Luego de ver por segunda vez la propuesta del Municipal, queda claro definitivamente que se trata de un muy apropiado y memorable enfoque teatral y musical, que hace justicia tanto a la juguetona partitura de Stravinsky y sus homenajes a las óperas del siglo XVIII, como a la genial comedia que desarrolla el lúcido libreto del prestigioso W. H. Auden y Chester Kallman, que entremezcla el drama y romance con una disparatada sátira social.

Mérito fundamental vuelve a ser la atractiva producción del equipo argentino liderado por Marcelo Lombardero como director de escena, con Diego Siliano en la escenografía, Luciana Gutman en vestuario y José Luis Fiorruccio en iluminación. La ambientación en el Londres del siglo XX que incluso remite a tiempos actuales y hace válida en el presente la historia en un ámbito de consumismo y hedonista capitalismo, conforma un montaje que entretiene y conmueve, y convierte a estas presentaciones en uno de los imperdibles de la actual temporada musical y teatral en Chile.

En lo musical este reparto también se muestra a la altura de las circunstancias. El director residente de la Filarmónica de Santiago, el chileno José Luis Domínguez, ofreció una lectura vivaz y sensible, siempre atento tanto al foso orquestal y los numerosos detalles de la partitura de Stravinsky, como además plegándose a lo escénico y a los cantantes. Y nuevamente fue muy importante el aporte del pianista chileno Jorge Hevia en el clavecín, y el Coro del Teatro Municipal que dirige Jorge Klastornik, espléndido tanto en el canto como en la histriónica actuación que requieren escenas como la subasta y el manicomio.

Como también ocurrió en el elenco internacional, liderando el buen reparto convocado destacó la pareja protagónica conformada por Tom Rakewell y su enamorada Anne Trulove. Encarnando al primero, el tenor argentino Santiago Bürgi mostró una voz lírica muy adecuada a este rol, y en lo actoral convenció plenamente en el proceso de su personaje; y la soprano chilena Catalina Bertucci, quien ya demostró excelentes condiciones como cantante mozartiana en el Municipal -en “Don Giovanni” en 2012 y el año pasado en “La flauta mágica”-, fue una notable Anne, reflejando muy bien su candor y virginal pureza en escena y luciendo su hermosa voz, cantando con sutileza y dulzura, sorteando sin mayores apremios su bella y exigente escena solista del primer acto. Por su parte, con su habitual desplante y seguridad escénica y un canto seguro y potente, el bajo-barítono cubano-chileno Homero Pérez-Miranda se mostró divertido y adecuadamente sarcástico en el personaje de Nick Shadow.

Además de cantar nuevamente el papel de Mother Goose que ya interpreta en las funciones del elenco internacional en la escena del burdel, la mezzosoprano chilena Evelyn Ramírez asume en este reparto el divertido rol de Baba la Turca (ya lo había cantado en 2009 en Buenos Aires, en la producción de Marcelo Lombardero que se presentó en el Teatro Avenida); la cantante lució una vez más su talento vocal y escénico, con diversos detalles de acertada comicidad en sus intervenciones. Y al igual que en el elenco internacional, volvieron a interpretar de manera muy sólida sus roles el bajo-barítono argentino Hernán Iturralde como Trulove, padre de Anne; el tenor chileno Pedro Espinoza como Sellem, encargado de la subasta, y como guardián del manicomio en la última escena, el barítono chileno Pablo Oyanedel.

La carrera de un libertino, foto de Patricio Melo (c)

La carrera de un libertino, foto de Patricio Melo (c)

La segunda y última función del elenco estelar de “La carrera de un libertino” será este lunes 27, y el elenco internacional se presentará por última vez el martes 28.

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En su debut la noche del viernes en el Teatro Municipal de Santiago, el segundo reparto que está participando en las funciones de estreno en Chile de esta obra de Stravinsky se mostró sólido y eficaz. Tanto en lo musical como en lo escénico, la presentación confirmó que este montaje es hasta ahora lo más logrado en lo que va de la temporada lírica 2015 de ese escenario.

Por Joel Poblete

La carrera de un libertino, foto de Patricio Melo (c)

La carrera de un libertino, foto de Patricio Melo (c)

Las funciones que significan el estreno en Chile de una de las óperas más importantes del siglo XX, “La carrera de un libertino” (“The Rake’s Progress”) de Stravinsky, siguen confirmándose como lo mejor que ha ofrecido hasta ahora la temporada lírica 2015 del Teatro Municipal de Santiago. Esa impresión quedó tras asistir hace una semana a la premiere del elenco internacional (ya comentada en este sitio); y como ha ocurrido antes en diversas ocasiones, el segundo reparto, el llamado elenco estelar, también está en un excelente nivel, como se pudo apreciar en su primera función, el viernes 24.

Luego de ver por segunda vez la propuesta del Municipal, queda claro definitivamente que se trata de un muy apropiado y memorable enfoque teatral y musical, que hace justicia tanto a la juguetona partitura de Stravinsky y sus homenajes a las óperas del siglo XVIII, como a la genial comedia que desarrolla el lúcido libreto del prestigioso W. H. Auden y Chester Kallman, que entremezcla el drama y romance con una disparatada sátira social.

Mérito fundamental vuelve a ser la atractiva producción del equipo argentino liderado por Marcelo Lombardero como director de escena, con Diego Siliano en la escenografía, Luciana Gutman en vestuario y José Luis Fiorruccio en iluminación. La ambientación en el Londres del siglo XX que incluso remite a tiempos actuales y hace válida en el presente la historia en un ámbito de consumismo y hedonista capitalismo, conforma un montaje que entretiene y conmueve, y convierte a estas presentaciones en uno de los imperdibles de la actual temporada musical y teatral en Chile.

En lo musical este reparto también se muestra a la altura de las circunstancias. El director residente de la Filarmónica de Santiago, el chileno José Luis Domínguez, ofreció una lectura vivaz y sensible, siempre atento tanto al foso orquestal y los numerosos detalles de la partitura de Stravinsky, como además plegándose a lo escénico y a los cantantes. Y nuevamente fue muy importante el aporte del pianista chileno Jorge Hevia en el clavecín, y el Coro del Teatro Municipal que dirige Jorge Klastornik, espléndido tanto en el canto como en la histriónica actuación que requieren escenas como la subasta y el manicomio.

Como también ocurrió en el elenco internacional, liderando el buen reparto convocado destacó la pareja protagónica conformada por Tom Rakewell y su enamorada Anne Trulove. Encarnando al primero, el tenor argentino Santiago Bürgi mostró una voz lírica muy adecuada a este rol, y en lo actoral convenció plenamente en el proceso de su personaje; y la soprano chilena Catalina Bertucci, quien ya demostró excelentes condiciones como cantante mozartiana en el Municipal -en “Don Giovanni” en 2012 y el año pasado en “La flauta mágica”-, fue una notable Anne, reflejando muy bien su candor y virginal pureza en escena y luciendo su hermosa voz, cantando con sutileza y dulzura, sorteando sin mayores apremios su bella y exigente escena solista del primer acto. Por su parte, con su habitual desplante y seguridad escénica y un canto seguro y potente, el bajo-barítono cubano-chileno Homero Pérez-Miranda se mostró divertido y adecuadamente sarcástico en el personaje de Nick Shadow.

Además de cantar nuevamente el papel de Mother Goose que ya interpreta en las funciones del elenco internacional en la escena del burdel, la mezzosoprano chilena Evelyn Ramírez asume en este reparto el divertido rol de Baba la Turca (ya lo había cantado en 2009 en Buenos Aires, en la producción de Marcelo Lombardero que se presentó en el Teatro Avenida); la cantante lució una vez más su talento vocal y escénico, con diversos detalles de acertada comicidad en sus intervenciones. Y al igual que en el elenco internacional, volvieron a interpretar de manera muy sólida sus roles el bajo-barítono argentino Hernán Iturralde como Trulove, padre de Anne; el tenor chileno Pedro Espinoza como Sellem, encargado de la subasta, y como guardián del manicomio en la última escena, el barítono chileno Pablo Oyanedel.

La carrera de un libertino, foto de Patricio Melo (c)

La carrera de un libertino, foto de Patricio Melo (c)

La segunda y última función del elenco estelar de “La carrera de un libertino” será este lunes 27, y el elenco internacional se presentará por última vez el martes 28.