Fernando Balcells: “De la mano de Dios al dedo de Jara”

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Tenemos que decidir si la mano de Dios es la culminación o si es la destrucción del juego. El juego no es solo la prohibición de la mano; es también el juego de la justicia inmediata, irreflexiva y arriesgada. En lo inmediato, la justicia se subordina al espectáculo, admite la legitimidad del error y entrega el destino del juego no al pie sino al ojo. Hay un drama óptico asociado a la justicia y al juego que el fláccido dedo de Jara ha puesto sobre la mesa.

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Tenemos que decidir si la mano de Dios es la culminación o si es la destrucción del juego. El juego no es solo la prohibición de la mano; es también el juego de la justicia inmediata, irreflexiva y arriesgada. En lo inmediato, la justicia se subordina al espectáculo, admite la legitimidad del error y entrega el destino del juego no al pie sino al ojo. Hay un drama óptico asociado a la justicia y al juego que el fláccido dedo de Jara ha puesto sobre la mesa.

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