Task masking es la nueva tendencia que está adoptando la Generación Z, con el fin de evadir el estrés laboral.
Esta popular tendencia en el trabajo, impulsada por plataformas como TikTok, está siendo adoptada por las nuevas generaciones que se enfrentan al mundo laboral, la cual consiste simplemente en aparentar un mayor nivel de productividad del que realmente se tiene.
En palabras sencillas, la persona se ubica frente a un monitor y no hace nada relacionado con el trabajo, camina de un lado a otro con papeles en las manos, teclea de forma ruidosa o cambia constantemente entre ventanas del computador para crear la ilusión de estar ocupado, consigna Infobae.
Task Masking
De acuerdo al medio citado, la productividad de estos empleados no cambia durante la jornada, pero sí buscan demostrar que están más ocupados de lo que en realidad están.
Según cifras manejadas por el medio, el 70% de los que practican el task masking admiten que, en muchos casos, su productividad real no solo se mantiene, sino que incluso puede superar la de sus compañeros.
En resumen, este nuevo mecanismo se ha empleado como un método de defensa frente a una cultura laboral exigente.
Estrés laboral
El estrés laboral es una de las principales amenazas al bienestar de los trabajadores en el mundo moderno, condición que no solo genera desgaste físico y emocional, sino que además puede desencadenar trastornos graves como ansiedad crónica o depresión severa.
Según detalla el portal de la Universidad de O’Higgins, un estudio de Laborum 2024, arrojó que el 89% de trabajadores chilenos experimentan “síndrome de burnout”.
Este último se trata de un tipo de fatiga crónica y grave, en respuesta al estrés laboral, caracterizado por altos niveles de agotamiento emocional, y de estrés que incide en una disminución de la productividad, y el bienestar laboral, afectando la salud mental y física de las personas.
“De modo que este 89% es el reflejo de una acumulación y vivencia sostenida de estrés e insatisfacciones que se ha venido desarrollando en organizaciones e instituciones por más de diez años. Los números coinciden con cifras previas respecto de otras mediciones del estrés en el país, y en el mundo que muestran un aumento sistemático, especialmente después del 2018…”, explica la psicóloga Alejandra Pallamar, especialista en Psicología Organizacional y docente de la Universidad de O’Higgins.
“Lo más alarmante de esta cifra de 89%, es que parece demostrar que la vivencia del estrés crónico en el trabajo puede ir empeorando conforme pase el tiempo”, sostiene la experta.
“Estas alertas nos están llegando hace ya varios años, y el mensaje principal es que no van a desaparecer por sí solas, por lo que habría que hacer cambios inmediatos para evitar una mayor implosión. Para ello se requiere tener sentido de urgencia y acción, considerando que las vivencias del estrés son muy debilitantes de la vida laboral y de la productividad en los países desarrollados o en vías de desarrollo”, indica Pallamar.