Conmoción causó el procedimiento para rejuvenecer al que se sometió la influencer conocida como “Barbie humana” argentina. Y es que la modelo confesó que llegó al punto de extraerle sangre a su propio hijo para luego inyectársela e intentar mantenerse joven.
Marcela Iglesias es una modelo argentina de 47 años que se volvió internacionalmente conocida como “Barbie humana”.
A los 20 años se mudó a Estados Unidos y desde entonces se ha preocupado por alcanzar el ideal estético que sigue desde la adolescencia y también frenar el envejecimiento, consigna Clarín.
“Yo digo que tengo la edad que represento. Nunca digo el número. Si para vos parezco de 60, tengo 70. Yo dejo que cada ser humano me imagine de la edad que quiera”, señaló en una entrevista.
“Yo me percibo ageless. Siento que no tengo una edad porque, internamente, todavía me siento una niña. Me siento joven y con mucha vitalidad”, agregó.
Polémica intervención de “Barbie humana” argentina
Con el transcurso de los años se enfocó aún más en su imagen personal y por lo mismo quiso ir más allá: se sometió a diversos procedimientos estéticos, entre ellos, una cirugía mamaria, tratamientos con células madre e inyecciones de grasa de donante.
Pero uno de los métodos más llamativos que adoptó fue la transfusión de plasma joven, un procedimiento que involucra directamente a su hijo Rodrigo, de 24 años.
“Le extraen sangre a mi hijo y me la dan a mí. Soy una especie de vampiro”, señaló.
Aquel llamativo procedimiento, llamado Multi Generation Plasma Transfusion, requiere compatibilidad total y que el donante sea más joven.
“Tenemos que ser 100% compatibles. Sí o sí tiene que ser mi hijo o un familiar con el mismo tipo de sangre, pero siempre una persona más joven. Si no, no sirve. Es para que yo viva más años con mejor calidad de vida”, confesó la mujer.
“Además, tengo 30 millones de células madre que generan nuevas células en mi cuerpo. Te las inyectan de forma directa en el torrente sanguíneo”, describió la modelo.
Su obsesión con la belleza nació en la infancia
Marcela contó en una antigua entrevista que su obsesión con la belleza nació en la infancia.
“Mi mamá nunca me quiso comprar la muñeca porque a ella no le gustaba. Entonces, de grande, decidí transformarme en una”, explicó, revelando que también siente temor a envejecer y que esa idea la impulsa a probar nuevos tratamientos.
“Me da miedo envejecer, me da miedo llegar a la vejez toda achacada. A eso le tengo miedo, a no llegar bien”, confesó. “Yo pruebo cosas. Soy como un chanchito de la India, voy probando”, admitió la argentina.