Una familia presentó una demanda contra un centro llamado Oxford Center en Michigan, Estados Unidos, debido a la muerte de un niño de cinco años, llamado Thomas Cooper, en una cámara hiperbárica. Todo sucedió el pasado 31 de enero.
De acuerdo a lo que reporta la cadena NBC, el niño era llevado al lugar para recibir tratamiento de oxígeno para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). No obstante, en una sesión la máquina explotó, quemando el cuerpo del menor.
En la acción judicial, Juana y James Cooper sostienen que no fueron informados apropiadamente sobre los riesgos que tenía el implemento.
“Los demandados sabían con absoluta certeza que, si ocurría un incendio en una de sus cámaras, el paciente dentro sería quemado vivo, sin ninguna posibilidad de sobrevivir”, indicó el abogado James Harrington.
“No solo no hubo ninguna advertencia de parte de los acusados nombrados en esta demanda, sino que, en realidad, fue todo lo contrario. No hubo más que aliento y apoyo para que Thomas ingresara a la cámara, con el único propósito de obtener ganancias”, agregó.
El citado medio asegura que, de acuerdo a la acción judicial, la explosión fue vista por la madre del niño, quien hizo un intento por salvar la vida de su hijo. Producto de aquello, ella resultó con lesiones de gravedad en su brazo.
En la demanda se nombre como responsables al director del Oxford Center, además de tres miembros del personal de salud.
A ellos se suman organizaciones como la Oxford Kids Foundation, Office Ventures Troy, ligadas al recinto; además de Sechrist Industries, fabricante de la cámara. En total, se exigen 100 millones de dólares en compensación.
Por ahora, desde el centro no han realizado comentarios a los medios en Estados Unidos.