Durante su sentencia en Argentina, un hombre acusado de asesinar a su expareja lanzó una brutal frase que iba dirigida a los hijos de la víctima, lo que terminó por confirmar su participación en el hecho.
Fue en la provincia de San Juan, en Argentina, que se dictó sentencia contra Ariel Omar Pérez, apodado como “Guascazo”, quien fue condenado a prisión perpetua por el asesinato de su expareja, Yanina Pérez de la Vega.
El brutal hecho ocurrió la mañana del 15 de febrero de 2024, cuando Yanina fue atacada por Pérez mientras se encontraba en el cementerio municipal de Angaco, su lugar de trabajo.
La mujer, gravemente herida, alcanzó a ser trasladada por sus compañeros al hospital más cercano, sin embargo, no sobrevivió.
Comportamiento agresivo y desafiante
En aquel contexto, en el juicio que concluyó el pasado viernes, el acusado mostró un comportamiento bastante agresivo y desafiante mientras se leía cómo ocurrieron los hechos, así lo afirma el medio local Clarín.
Por su parte, los peritajes psicológicos presentados revelaron una personalidad borderline (término usado comúnmente para el Trastorno Límite de la Personalidad) en el acusado, quien ya tenía antecedentes penales relacionados con violencia de género.
De esta manera, durante el juicio su comportamiento no hizo más que confirmar aquel perfil médico, ya que en un inicio mostró su intención de estar alejado de la exposición pública y solicitó que se le permitiera “firmar los papeles e irse”, sin asistir presencialmente al tribunal, petición que fue rechazada por los jueces.
En ese sentido, la audiencia se desarrolló con una relativa tranquilidad hasta que el acusado se molestó, se levantó amenazadoramente de su silla, y logró que se interrumpiera la sesión.
El hombre confirmó el hecho y lanzó cruel frase
Cuando la jueza explicó el procedimiento de juicio abreviado, él reconoció su culpabilidad y volvió a estallar: “por amenazarme que iba a matar a mis hijos, por eso la maté yo a ella. Lo volvería a hacer”, gritó.
La jueza lo invitó a sentarse, pero desafiante, Pérez le contestó: “No me voy a sentar porque no se me da la gana, no se me dan los huevos”.
Y en un último insulto, se dirigió a los hijos de la mujer que estaban presentes en la sala: “Sí, yo la maté y lo volvería a hacer 50.000 veces”, dijo, para luego recibir la condena que lo llevará a pasar encerrado en prisión el resto de su vida.