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"Nos transforma en malos exploradores": Así afecta el uso de GPS a nuestro cerebro según estudio

07 junio 2021 | 11:41

Una nueva investigación arrojó cómo el uso frecuente del GPS estaría afectando a nuestro cerebro, impidiendo que este órgano realice sus “tareas de navegación propias”.

El estudio, publicado en la revista especializada Scientific Reports, señala que este tipo de aplicaciones estaría afectando directamente al hipocampo, el cual desempeña un papel vital en el aprendizaje de regulación, la codificación de la memoria, la consolidación de la memoria, y la navegación espacial.

Una de las investigadoras, Mar González Franco, quien es neurocientífica de Microsoft, sostiene que “si las personas usan mucho el GPS van perdiendo poco a poco la capacidad de crear mapas mentales, eso disminuye sus habilidades de orientación y deteriora la producción de recuerdos”, de acuerdo a información que recoge El País.


En el mismo estudio, la científica explica además que “con el GPS convencional se dejan de estimular zonas del cerebro muy arcaicas que llevan siglos funcionando y corremos el peligro de que esto afecte nuestra salud mental en la vejez“.

La investigación reconoce que si bien la forma de ubicación tradicional en una especie de paso a paso es útil, esta “no ayuda al aprendizaje y reconocimiento del cerebro al momento de desplazarse, perjudicando directamente nuestras habilidades de navegación y del sistema cognitivo de nuestro cerebro”.

En síntesis, la problemática del GPS es que nos ayuda a llegar a nuestro destino deseado, pero nos convierte en “malos exploradores”.

“La navegación requiere la coordinación de numerosos procesos perceptivos y sensoriales que están respaldados por varias regiones del cerebro, incluido el hipocampo, la corteza retroesplenial, el cuerpo estriado y la corteza entorrinal, para crear representaciones exitosas del espacio”, indica la investigación.

Mapas cognitivos e hipocampo

Una de las funciones mayores del hipocampo está en que ayuda a formar el modelo cognoscitivo, que es un tipo de “representación mental relacionado con la adquisición, la codificación, salvar, revocar, y decodificar de la información en situaciones relativas dentro de un ambiente específico”, según explica el sitio News Medical.


Esto se da principalmente con la creación de “mapas cognitivos” los cuales se forman a partir de la exploración y navegación biológica. “Si bien el trabajo con animales ha descrito la formación de estas redes neuronales espaciales en detalle, los estudios han demostrado que los humanos son bastante capaces de aprender sobre el espacio de otras formas, como con el uso de mapas”, puntualiza la investigación.

De acuerdo al equipo de investigación, al usar un dispositivo de ubicación, el usuario deja de utilizar su facultad cerebral sobre el proceso de navegación, ingresando el destino deseado siguiendo las instrucción de una aplicación, como es el caso de Google Maps o Waze.

“En lugar de ayudarnos a navegar, la navegación GPS está diseñada para aliviarnos de nuestra participación y desvincularnos del entorno que nos rodea. Después de todo, la navegación GPS es una forma de transporte orientado al destino en el que el ser humano se convierte en un “pasajero de su propio cuerpo”, en contraposición al caminante, que nos incrusta en el entorno como conductor, para encontrar el destino”, explica el estudio.


Una investigación anterior, publicada en la revista especializada Transportation Research Interdisciplinary Perspectives, comparó el desempeño de conductores que usualmente utilizaban Google Maps para llegar a su destino con otros grupo que utilizó un mapa convencional (en papel) para poder ubicarse.

Dicho estudio arrojó que “con el GPS somos pasajeros pasivos y no exploradores activos. Las puntuaciones de conocimiento espacial de los conductores asistidos por los mapas antiguos fueron mucho más altas en orientación, reconocimiento de rutas y de puntos de referencia frente a los conductores que usaron la aplicación”, según información que recoge El País.

Finalmente, ambos estudios concluyeron en que el uso de GPS y seguir instrucciones “elimina nuestra capacidad de tomar decisiones”, inhibiendo además la facultad de crear mapas que se adapten a nuestro entorno, teniendo negativos impactos en el futuro.