El suspendido juez Antonio Ulloa rompió su silencio ad portas de la decisión del Senado sobre su futuro. Ulloa admitió que el “pituto” es una práctica arraigada en el Poder Judicial; asimismo, negó haber filtrado fallos al abogado Luis Hermosilla y sostuvo que su conducta constituyó solo “una falta ética, no un delito”.
Consultado sobre si sigue usando WhatsApp, el magistrado expuso que “sí. Pero ya no tengo conversaciones con Lucho Hermosilla”, dijo en entrevista con La Segunda. Estas conversaciones son el centro de la investigación que lo mantiene suspendido y acusado de entregar información reservada sobre ternas, quinas y votaciones de causas.
Cabe recordar que este lunes el Senado votará la acusación constitucional en su contra por notable abandono de deberes. De ser aprobada, quedará fuera del Poder Judicial tras 35 años de carrera, inhabilitado para cargos públicos por cinco años y sin su vivienda institucional.
Frente a este escenario, Ulloa indicó al citado medio que “he dado la cara siempre y lo seguiré haciendo por la honra de mis hijos. Si me remueven, no podré trabajar en el sector público, pero uno tiene que reinventarse. Soy abogado, tengo manos, puedo trabajar. No quiero ponerme en ese escenario, pero si ocurre, me levantaré como el Ave Fénix”.
Costo personal del juez Antonio Ulloa y la defensa ante las acusaciones
De acuerdo con la entrevista, lo que más afecta a Ulloa no es la potencial pérdida del cargo, sino el estigma asociado. “No pertenezco a ninguna red de corrupción ni de tráfico de influencias. Lo que hice fue pedir y dar recomendaciones a personas que consideraba idóneas. De que no hay que hacerlo, no hay que hacerlo… pero no tengo por qué ser un chivo expiatorio“, aseguró.
Sobre sus amistades con abogados actualmente detenidos por cohecho, como Mario Vargas y Eduardo Lagos, Ulloa sostuvo con cautela que “me llama la atención que cada vez que se va a ver algo importante respecto de mi persona, aparecen situaciones anexas a las que buscan vincularme”. En esa línea, reconoció a Vargas como un “gran amigo personal”, pero negó tener relación con la causa que los involucra.
El impacto en su círculo personal ha sido significativo. “El 75% se alejó. Y eso sirve para saber quiénes son realmente tus amigos. En este período he aprendido que en la vida hay que ser selectivo. Hay que valorar a quienes se quedan”, confesó el magistrado respecto al distanciamiento de sus amistades dentro del Poder Judicial.
Respecto al proceso en su contra, Ulloa criticó el procedimiento en la Cámara de Diputados. “Mi abogado alegaba y apenas lo escuchaban treinta diputados; el resto conversaba o estaba fuera. Cuando llegó la votación, apareció mucha más gente y todo estaba ya decidido. La acusación se aprobó porque se buscó la fecha propicia: dos semanas antes de las elecciones”.
Cultura del “pituto” y los límites éticos
Al ser cuestionado sobre si su conducta fue una justificación o una explicación de contexto, Ulloa indicó que “es contexto. Para entrar al Poder Judicial, en 1989, uno necesitaba recomendación. Es una cultura que ha existido siempre: la cultura del pituto. Y a medida que uno va ascendiendo se ve más“.
El juez citó a otros ministros para respaldar su postura. “La ministra Letelier lo dijo: ‘Aquí nadie está por obra del Espíritu Santo’. Eso es la verdad pura. Y lo dijo el exministro Pierry también: ‘Nadie es nombrado en la Suprema sin que se muevan influencias’. Es una práctica consuetudinaria. Para ascender necesitas a alguien que te recomiende”.
Sobre su propio ascenso, Ulloa relató que “yo necesitaba venir de Copiapó a Santiago por razones familiares. Postulé a varias cortes y quedé en dos ternas. Finalmente, me nombró el Presidente Piñera”. Añadió que “en todos los cargos se buscan apoyos, como los fiscales. Si no, habría que ver los WhatsApp entre la fiscal Lorena Parra y Luis Hermosilla“.
Al trazar la frontera entre una falta ética y un delito, el magistrado precisó que “una falta ética es pedir una recomendación. Haber recurrido a Luis Hermosilla fue una falta ética, no un delito, fue una imprudencia”.
Ulloa niega presiones
Sobre los rumores de que hubo presiones para cambiar votos en la Corte Suprema, Ulloa los calificó de falsos. “El señor Prado es muy independiente en sus decisiones”, expuso. No obstante, afirmó que en su propio caso sí existieron presiones. “Respecto a los siete ministros que estuvieron por removerme, hubo muchas presiones internas y externas para que yo fuera removido“, aseguró.
Respecto a la especulación de que algunos ministros fallaron a su favor por temor a que los vinculara con algo, Ulloa se preguntó: “¿Qué tanto poder podía tener yo? Mis conversaciones con el señor Hermosilla están ahí. No hay ninguna en la que recomiende a alguien para ministro de la Suprema. La única acta que le envié relativa a una quina fue para su información, ni siquiera le sugerí nombres“.
[/LeeTambien]Sobre las situaciones comprobadas donde compartió información, admitió que “sí, pero la presión de estos dos diputados fue fructífera porque se inhabilitaron Mario Carroza y Jean Pierre Matus”. Aunque reconoció las filtraciones, insistió en que no hubo discusión previa de resoluciones. “Decir que yo podría denunciar a algún ministro es faltarle el respeto a ellos”, manifestó.
Finalmente, el juez Antonio Ulloa dijo que “nunca discutí con él -Hermosilla- resoluciones, solo le mandé resoluciones ya adoptadas, como información general. No tiene la entidad de un hecho grave que justifique una remoción”. Concluyó citando a los ministros que votaron por no removerlo: “Los antecedentes no revelan un actuar del ministro Ulloa que comprometa el quehacer jurisdiccional”.