Fotografía: Camila Mennickent.

Voluntarios incansables: la agrupación de 60 penquistas que trabaja todo el año por su comunidad

Por Periodismo UCSC
La información es de Camila Mennickent

19 enero 2020 | 07:00

Unidos Creando Espíritu y Futuro (UCEF) nació en marzo de 2019 y es una corporación sin fines de lucro que realiza voluntariado durante todo el año. El fin es mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables, en áreas como salud, medio ambiente, construcción y educación.

“Como amigos conversamos que el trabajo que hacíamos como voluntarios se podía extender por más de una semana, porque los problemas que enfrentamos se dan durante todo el año”, cuenta Diego Roa Guidotti, tesorero y coordinador del área de salud de UCEF.

Según el Índice Mundial de Generosidad de 2018, que mide el comportamiento solidario de 160 países, Chile se ubica en la posición 61°, por debajo de Paraguay, que lidera en Sudamérica con el puesto 59°.

En toda época

El grupo, conformado por 60 voluntarios, 32 hombres y 28 mujeres, ayuda desinteresadamente a los más necesitados durante todo el año. UCEF se divide por áreas de trabajo y la mayoría de sus voluntarios se desempeña en más de una. En la fotografía, 17 del total.

Fotografía: Camila Mennickent.

Una directiva integral

El equipo se conoció en 2017 en un voluntariado de la Universidad de Concepción. Luego de trabajar juntos esporádicamente por más de dos años, hoy conforman la directiva de UCEF.

De izquierda a derecha: Diego Roa (kinesiólogo y tesorero), Maximiliano Vergara (estudiante de ingeniería comercial y presidente), Danilo Alarcón (estudiante de pedagogía en educación básica y vicepresidente), Claudia Troncoso (cirujana dentista), Diego Durán (licenciado en biología y secretario) y Fabián Hernández (licenciado en pedagogía en ciencias).

Fotografía: Camila Mennickent.

Para conocerse

Cada mes, todas las áreas de UCEF se reúnen para autoevaluar su desempeño como voluntariado. En estas instancias, además, buscan conocerse y compartir, ya que al ser 60 voluntarios no todos tienen la oportunidad de relacionarse.

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El apodo por sobre el nombre

Fidel Varela e Isabel Ailio, ambos de 46 años, son sordos de nacimiento. En la fotografía: Diego, miembro de UCEF, hablando en lenguaje de señas con ellos. Un dato curioso es que Fidel e Isabel no se llaman por sus nombres de pila, sino por apodos, ya que hacer un gesto es más corto que deletrear el nombre completo.

Fotografía: Camila Mennickent.

Amor colegial

El matrimonio vive en Candelaria. Fidel e Isabel se conocieron cuando eran estudiantes del Colegio Bio Bio, ubicado en Chacabuco 610, Concepción. Hoy, tras nueve años de unión, tienen dos hijos: José Manuel, de 9 años y Jonathan, de 24, quien nació con un deterioro cognitivo.

Fotografía: Camila Mennickent.

Manos a la obra

Los voluntarios del área de construcción ayudaron a limpiar el patio de Fidel e Isabel con el propósito de que el matrimonio pueda tener una huerta a futuro. Fidel trabaja en un local de Candelaria, San Pedro de la Paz, vendiendo paltas y limones. El poder contar con su propia huerta le serviría para abastecerse y poder vender.

Fotografía: Camila Mennickent.

Todo limpio, todo listo

Además de limpiar el patio para la futura huerta, los voluntarios, con la ayuda monetaria de apoderados de la escuela a la que asiste José Manuel (hijo menor del matrimonio), reconstruyeron el techo de la casa, que por estar en mal estado, tenía goteras.

Fotografía: Camila Mennickent.

Limpiando el Parque Ecuador

Con sacos y botellas, el grupo de medio ambiente limpia el sector cascada del parque Ecuador. El objetivo es recolectar colillas de cigarros y cualquier residuo contaminante, como plástico, lata, cartón o derivados.

Ignacio Vargas trabaja en las áreas de construcción y medio ambiente. El estudiante de Ingeniería Civil Biomédica cuenta que la idea es “hacer un cambio en el mundo y en la sociedad sin interés alguno, más que el de ayudar”.

Fotografía: Camila Mennickent.

Una sola colilla contamina entre 10 y 50 litros de agua

Según el Ministerio del Medio Ambiente, “las colillas de cigarro no son biodegradables y pueden tardar hasta 10 años en descomponerse”. Las botellas con las colillas recolectadas por UCEF fueron entregadas a Biosfera Mia, fundación que, tras un proceso de purificación importante, reutiliza el acetato de celulosa para crear productos como aislantes térmicos, papel en formato braille con material medioambiental, entre otros.

Fotografía: Camila Mennickent.

Hora de limpiar

En la jornada de limpieza participaron 17 personas. Luego de casi dos horas, solo en el sector de la cascada y en su extensión en el parque se llenaron 10 botellas de litro y medio con colillas y 6 sacos de basura: 2 con vidrios, 2 con cartón, 1 con plástico y otro con ¾ de latas.

Fotografía: Camila Mennickent.

Tres hermanos y una misma enfermedad

La familia Tapia Barría vive en Nonguén. De los cuatro hijos del matrimonio, tres desarrollaron, hace aproximadamente cinco años, miopatía mitocondrial, una enfermedad que afecta el funcionamiento de las mitocondrias, causando fatiga y déficit del tono muscular. En la fotografía, los kinesiólogos Patricio Vallejos y Diego Roa junto a Felipe y Mariana, respectivamente.

Fotografía: Camila Mennickent.

Ayuda integral

Desde marzo de 2019 kinesiólogos, fonoaudiólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales y psicólogos de UCEF trabajan con los hermanos Humberto (en la fotografía), Felipe y Mariana.

Una característica de la miopatía mitocondrial es la ptosis palpebral (caída del párpado superior).

Fotografía: Camila Mennickent.

El sueño, una sede

UCEF inició en noviembre de 2019 los trabajos para limpiar y adaptar una casa como sede en la población René Schneider de Hualpén. Allí pretenden, además de reunirse para planificar sus acciones, guardar sus implementos y dictar talleres sobre distintos temas abiertos a la comunidad.

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Reciclaje

Al limpiar el patio de la casa se halló una gran cantidad de latas, las cuales fueron aplastadas y recopiladas en bolsas. Aparte de lo anterior, se juntaron los fierros que habían en el lugar. Latas y fierros fueron vendidos para su reciclaje. La idea es seleccionar lo que es reutilizable para generar la menor cantidad de basura posible.

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