Fue un mazazo. La votación más contundente y transversal del último tiempo: la Cámara de Diputadas y Diputados, aprobó por 141 votos a favor, dos en contra y una abstención, la Acusación Constitucional (AC) contra el ministro de la Corte de Apelaciones, Antonio Ulloa.
Pero este contundente rechazo, se contrapone con el trato de la corporación a un ministro de la Corte implicado en el complejo caso de tráfico de influencias, soborno y cohecho, conocido como el Caso Audio.
Tras el duro resultado, Ulloa solo se despidió de la diputada RN, María Luisa Cordero, la única de los 144 parlamentarios presentes que votó en contra del juicio político.
A la salida del hemiciclo, Ulloa —a diferencia de numerosos ministros de gobierno— no se encontró con la pregunta de los medios: por una decisión de la Cámara Baja, no hubo acceso de la prensa al ministro de corte, cerrando ambos pasillos al costado de la sala a los medios de comunicación.
El día de Ulloa partió contratando un servicio de transporte, que no sabía que estaba trasladando a un acusado constitucionalmente, junto con su abogado defensor, Domingo Hernández.
Llegó temprano y se le vió acompañado de personal de la PDI en el Congreso, para acompañarlo a la Sala de la corporación y en todo momento de su obligada visita a la Cámara. Durante las tres horas de debate, el pasillo por el que ingresó y salió tuvo el acceso bloqueado para todos quienes no fueran parlamentarios.
Se le explicó la infraestructura y hasta donde estaría apostada la prensa y solo cuando salió del edificio, pudo ser interceptado por medios de comunicación en su vehículo, momento en el que accedió a dar una breve declaración.
La puerta de acceso al pasillo, que está al costado de la Sala, tiene una pequeña rendija vertical de vidrio. La seguridad del recinto legislativo, pareció ser instruida incluso a bloquear la visibilidad de ese espacio a los camarógrafos de televisión, luego de que Ulloa se sentara en el sillón que está al costado de la sala. La idea era no permitir que fuera grabado.
Desde la secretaria de la Cámara, aseguran que la decisión se tomó sin tratos particulares, por tratarse de una AC. La mesa de la Cámara dijo extraoficialmente no estar involucrada de ninguna forma en el trato que tuvo Ulloa.
Ulloa volverá a visitar el Congreso cuando el Senado revise la acusación y la Cámara Alta se enfrentará a un curioso escenario: diversas investigaciones periodísticas señalan que parte de la red de influencias de Luis Hermosilla, llegó precisamente a senadores en la designación de ministros de corte.