Continúa el despliegue internacional de la expresidenta Michelle Bachelet, buscando llegar a la Secretaría General de las Naciones Unidas (ONU), en medio de las críticas de la oposición por el costo de su campaña.
Tras visitar México, Uruguay y China, la exmandataria viajará a Qatar y luego a Brasil para participar en la COP 30, a la que también asistirá el Presidente Gabriel Boric.
Si bien Boric y Bachelet no coincidirán por fechas en la instancia, la exjefa de Estado buscará seguir capitalizando su perfil internacional con el fin de lograr los respaldos que le permitan suceder al portugués António Guterres.
El periplo de Bachelet ocurre en paralelo a la polémica por el financiamiento de su campaña, el que ha tensionado la relación entre la oposición y el Gobierno.
Desde el oficialismo, el senador socialista y ex canciller, José Miguel Insulza, le restó dramatismo a la discusión y defendió la agenda internacional de la exmandataria.
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Su par del Partido Social Cristiano, Rojo Edwards, cuestionó el financiamiento estatal a la campaña de Bachelet, teniendo en cuenta que aún es un misterio la posición de Estados Unidos a su nominación.
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En la misma línea, el diputado RN Diego Schalper, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, emplazó al Gobierno a transparentar las reuniones y recursos involucrados, y advirtió que una política de Estado “no puede construirse entre cuatro paredes”.
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El viaje a Brasil marca el cierre de la primera etapa de despliegue de Michelle Bachelet, centrada en visibilizar su candidatura y activar redes de apoyo regionales.
A partir de entonces, será el Gobierno el que asuma un rol más activo en el Consejo de Seguridad, donde se definirá el rumbo de la contienda. En ese escenario, el respaldo —o veto— de las potencias será clave y cada movimiento de la exmandataria se cruzará con la estrategia diplomática de La Moneda.