El ex director de la Biblioteca del Congreso Nacional (BCN), Diego Matte, detalló en una carta a senadores y diputados una seguidilla de actuaciones que, a su juicio, quebrantaron la legalidad y la autonomía de la institución, culminando con la imposición “de facto” de un directivo sin concurso público.
Recordemos que este lunes, Matte presentó su renuncia al cargo de Director de la BCN, que se hará efectiva desde el próximo 1 de noviembre. En la misiva a los legisladores, expuso los motivos de su salida, los cuales se centran en un conflicto por el nombramiento irregular de un Director Adjunto.
Según su relato, los presidentes de ambas cámaras (Manuel José Ossandón en el Senado y José Miguel Castro en la Cámara de Diputados) impusieron a un funcionario sin seguir el procedimiento legal establecido, lo que consideró una intervención arbitraria que vulneró la autonomía de la institución.
La misiva señala que el cargo de Director Adjunto debe ser provisto a propuesta del Director y con estricto apego a la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional. Matte afirmó que “el Director Adjunto será nombrado por la Comisión de Biblioteca a propuesta del Director, en conformidad a los requisitos que se establecen en el presente Estatuto y su remoción será facultad privativa de dicha Comisión”. Esta normativa fue el pilar de su argumentación durante todo el proceso.
Un Director Adjunto en el limbo
En marzo de 2025, luego de un concurso público, se designó a Pablo Morales Peillard como Director Adjunto, indica la carta. Matte destacó que este proceso contó con la participación de consultoras especializadas y representantes de ambas corporaciones. El nombramiento se formalizó con el acuerdo de las presidencias del Senado y la Cámara de Diputados, tal como consta en el acta del 31 de enero de 2025. Morales, con más de 15 años en la BCN, cumplía con todos los requisitos legales.
Sin embargo, la situación dio un giro en julio de 2025. La Honorable Comisión de Biblioteca, integrada por los presidentes de ambas cámaras, instruyó la desvinculación de Pablo Morales y la supresión definitiva del cargo. La medida se adoptó bajo el argumento de “austeridad” institucional. Matte recalcó que esta decisión careció de antecedentes técnicos, administrativos o jurídicos que la justificaran, anulando los efectos de un concurso público validado.
Una decisión reversible y una imposición
Solo semanas después, en agosto de 2025, ambas presidencias citaron a Matte para comunicarle que revertían la supresión del cargo. Le informaron que nombrarían a un nuevo Director Adjunto para que apoyara su gestión y, a la vez, informara de los asuntos internos a las presidencias. No se proporcionaron razones para este cambio de criterio. En dicha reunión, se le señaló que el Presidente de la Cámara ya tenía un funcionario de confianza para el cargo, sostiene la misiva.
Matte expresó su desacuerdo con la medida, argumentando la necesidad de apegarse a la ley. Relató que “ante mi opinión fui duramente increpado por el Presidente del Senado y de la Cámara, señalando que procederían de facto pese a mi opinión y que estaban dispuestos a solicitar mi renuncia si expresaba reparos“. Esta reunión no quedó registrada en actas, ya que no constituyó formalmente una Comisión de Biblioteca.
El entonces director escribió a ambos presidentes para consultar sobre una sesión de la Comisión de Biblioteca citada para el 20 de octubre, pero no obtuvo respuesta. Indagó con otros parlamentarios y el Secretario General de la Cámara, quienes le confirmaron los rumores sobre la inminente designación directa de un Director Adjunto. Frente a esta inminente acción, Matte decidió presentar su renuncia de manera preventiva.
En la sesión del 20 de octubre, tal como se preveía, se designó como Director Adjunto interino al abogado Ignacio Rodríguez, asesor del Secretario General de la Cámara de Diputados. Esta designación se realizó sin mediar concurso público, sin propuesta del Director y, según Matte, sin que el designado cumpliera con los requisitos de perfil, experiencia e idoneidad exigidos por la ley. Se le asignó una categoría de “Director interino” no contemplada en la legislación.
Toma de posesión inmediata y sus consecuencias
El funcionario designado tomó posesión del cargo de inmediato. Matte detalló que “el funcionario en cuestión sin que hubiese transcurrido una hora, procedió a solicitar la asignación de una oficina, el uso del chofer de la Dirección y de la Secretaria de Dirección, como de citar a los jefes de departamentos para dar instrucciones y luego de presentarse ante los funcionarios de la Biblioteca como nueva autoridad máxima“. Esto, a juicio de Matte, pasó por encima de la subrogación legal que debe operar en ausencia temporal del Director.
Matte también alertó sobre los nuevos lineamientos del directivo. Señaló que uno de ellos era proceder a “encasillar a los funcionarios de Contrata en la Planta de la Biblioteca“, generando una expectativa que calificó de falaz, ya que dicho proceso requiere de habilitación legal y no puede realizarse de forma discrecional. Según la versión que el nuevo directivo habría dado a los funcionarios, este era el mandato recibido por ambas presidencias.
En la conclusión de su carta, Matte enfatizó que este caso no es un episodio administrativo aislado, sino una “intervención política e institucional de gravedad, con consecuencias para la legalidad y autonomía técnica de la BCN“. También mencionó que puso en conocimiento del Presidente del Senado otros actos irregulares, como contrataciones a honorarios y licitaciones cuestionables, así como intentos de extender contratos de manera indebida.
El ahora ex director afirmó haber sido afectado por “múltiples acciones de maltrato y menoscabo hacia mi persona, hostigamientos y el uso de filtraciones de informaciones falsas, erróneas y de mala fe, a fin de perjudicar mi imagen pública y al interior del Congreso”.
Matte finalizó su misiva expresando que, pese a no desear dejar el cargo, la situación se había vuelto insostenible desde el punto de vista de la ética en el ejercicio de funciones públicas.