El jefe de la diplomacia estadounidense Mike Pompeo justificó el martes su visita sorpresa a Irak a raíz de una “escalada” atribuida a Irán, enemigo número uno de Estados Unidos en Medio Oriente.
“La razón por la cual nosotros vamos” a Bagdad “es por las informaciones que indican una escalada de las actividades de Irán”, dijo a periodistas que lo acompañaron en su viaje a la capital iraquí, donde permaneció cuatro horas antes de partir el martes en la noche.
Esta visita a Irak no fue anunciada y se produjo después de que Pompeo anulara el viaje a Berlín por “temas urgentes” que solucionar, según su portavoz.
El viaje a Irak, país aliado de Estados Unidos y de Irán, se realiza en plena escalada de las tensiones entre Teherán y Washington.
La fuente, que habló bajo condición de anonimato por razones de seguridad de esta visita a Bagdad, dijo que Pompeo tenía previsto reunirse con el primer ministro iraquí Adel Abdel Mahdi.
El Pentágono anunció el martes el despliegue de varios bombarderos B-52 en la región del Golfo Pérsico, en respuesta a un posible ataque a sus tropas liderado por Irán.
La maniobra, que incluye a un gran portaaviones, se justifica por “señales claras y recientes de que las fuerzas iraníes y sus aliados están elaborando preparativos para un posible ataque a las fuerzas estadounidenses”, dijo el Pentágono.
El asesor presidencial en Seguridad Nacional John Bolton ya había anunciado el domingo el envío en el Golfo de un portaaviones y su grupo aeronaval y una fuerza de bombarderos.
Donald Trump cerró la puerta hace un año, el 8 de mayo de 2018, al acuerdo internacional logrado en 2015 que se supone debía impedir que Teherán fabrique una bomba atómica, al considerar que era demasiado laxo.
Desde entonces, para disgusto de sus aliados europeos que siguen muy apegados a ese pacto, el presidente de Estados Unidos ha continuado fortaleciendo su “campaña de máxima presión” contra el régimen iraní.
Según la agencia oficial de prensa Irna, Irán anunciará el miércoles una reducción de sus compromisos bajo el acuerdo internacional sobre su programa nuclear, firmado en 2015, un año después de la decisión unilateral de Estados Unidos de salir del mismo.
Pompeo es esperado luego en Londres, según el ministerio de Exteriores británico, para preparar la próxima visita de Donald Trump, entre el 3 y 5 de junio.