La bandera pirata de One Piece en protestas | Cuenta de X de Charles Onyango-Obbo

Nepal, Perú y ahora Madagascar: el rol clave de la "Generación Z" en las protestas antigubernamentales

Por Camilo Suazo
Con información de Jean Valencia.

15 octubre 2025 | 10:06

Empezó llamándose ‘primavera asiática’ y en menos de un mes saltó a otros continentes, convirtiéndose en ‘la revuelta de la Generación Z’. Una serie de levantamientos antigubernamentales, liderados principalmente por jóvenes, se masificaron por diferentes puntos del sudeste asiático para luego extenderse a otros lugares.

Dichos movimientos, gestados en gran parte a través de las redes sociales, llegaron a las calles como un grito de frustración abanderado por la bandera pirata del manga ‘One Piece’.

Tal como detalla EFE, los símbolos propios y el lenguaje generacional es sólo una de las cosas que tienen en común los jóvenes que salieron a las calles en Nepal y derrocaron al presidente del país en apenas 24 horas, los manifestantes que lo hacen en Perú desde mediados de septiembre y los marroquíes que llevan varios días participando de unas protestas que han dejado tres muertos.

El caso más reciente es Madagascar, en donde los jóvenes de la llamada generación Z -impulsores del movimiento popular que condujo al derrocamiento del presidente Andry Rajoelina- expresaron su apoyo al Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército de Tierra (CAPSAT), unidad de élite que controla la logística militar.

Eso sí, la bandera ‘Jolly Roger’ característica de los corsarios del manga japonés también ha ondeado en las protestas de los últimos meses en Indonesia, Timor Oriental, Filipinas, Ecuador y Paraguay.

Para Francisco Vicencio, cientista político y académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Alberto Hurtado, lo ocurrido en Nepal demuestra el poder de las nuevas generaciones y el auge de las plataformas digitales.

“Yo creo que también es un reflejo de cómo las vías de participación política están cambiando, cómo se está utilizando la tecnología para influir en decisiones del gobierno, sobre todo a través de la comunicación instantánea y de las redes sociales”, señala a BioBioChile.

“No solamente pueden influir en la opinión pública, sino que también se está dando un fenómeno de que se pueden utilizar como medio para la toma de decisiones”, agrega.

Para Vicencio, estos canales digitales se han vuelto en una pieza clave para la movilización política, sobre todo en ciertos sectores etarios, especialmente la generación Z, en donde “los más jóvenes de la población están fuertemente conectados y reaccionan más rápido frente a este tipo de acontecimientos”.

“Las noticias y acontecimientos se conocen de manera instantánea, siendo un fenómeno nuevo en la utilización para la toma de decisiones”, explica.

Incluso, los símbolos han ido actualizándose en las nuevas manifestaciones. La bandera ‘Jolly Roger’ con sombrero de paja amarillo, característica de los corsarios del manga japonés One Piece, también ha ondeado en las protestas de los últimos meses en Indonesia, Timor Oriental, Filipinas y Marruecos.

Sudamérica no ha estado ajena, con revueltas en Perú, Ecuador y Paraguay. “Yo creo que hay un patrón bastante similar sobre todo en la organización, con la utilización de redes sociales y de las plataformas digitales para la organización” de las manifestaciones, dice el académico.

Pero aunque hay ciertos patrones que se repiten, Vicencio cree que en términos de intensidad o magnitud, lo que ocurre en países como Paraguay “se encuentra en un momento bastante preliminar”.

“No obstante, muestra la utilización de estas plataformas y que también estas generaciones en particular están dispuestas a reaccionar y movilizarse por estos cambios políticos y sociales. No hay que descartar que se puedan intensificar”, sostiene.

“A pesar que todavía es muy pronto para anticipar si es que van a tener el mismo impacto político que tuvo en Nepal, que fueron bastante fuertes, yo creo que es bien rupturista”, plantea.

“Demuestra también que la política ya no está circunscrita a la institucionalidad tradicional y que en el mundo digital se pueden ver las conductas y las presiones ciudadanas”, concluye.