La policía disparó gas lacrimógeno este lunes para dispersar a los manifestantes que protestaban delante de la Casa Blanca, al filo de la hora en la que comenzaba el toque de queda.
Decenas de manifestantes que protestaban contra el racismo tras la muerte hace una semana de George Floyd a manos de un policía blanco gritaban “Sin justicia, no hay paz”, mientras corrían, justo en el momento en el que el mandatario Donald Trump iniciaba un discurso solemne a la nación.
En el discurso, le pidió a los gobernadores que “controlen las calles” y calificó los incidentes en todo el país como “terrorismo” interno.
También anunció el despliegue de miles de soldados “armados” en Washington.