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Argentina sigue a Chile para cambiar de huso horario y hay polémica

31 agosto 2025 | 07:32

Aunque la medida es resistida por los habitantes de Buenos Aires, el Congreso de la Nación dio un paso firme para adoptar el modelo UTC-4 en la época invernal. Aseguran que traerá mejoras educativas y en la salud.

Argentina sigue los pasos de Chile para cambiar su huso horario de UTC-3 a UTC-4 en la época invernal. Es que la Cámara de Diputados aprobó días atrás un proyecto de ley con respaldo científico para atrasar los relojes una hora y así el día amanezca más temprano, especialmente, para beneficio de todo el centro y oeste del país.

La intención de la propuesta apunta a alinear una saludable rutina de los argentinos con la salida del sol y generar un ahorro en el consumo energético, teniendo en cuenta que la mayor parte del territorio está bajo UTC-4 y no -3. Sin embargo, en la costa este de Buenos Aires, las opiniones mayoritarias son negativas, a juzgar por el debate que se generó en las redes sociales.

La votación en Diputados arrojó 151 votos a favor, 66 en contra y ocho abstenciones. En un Congreso acostumbrado a exhibir grietas y choques permanentes, el huso horario se convirtió en un punto de acuerdo inesperado. Aun así, falta el aval del Senado para convertirse en ley y recién entonces podrá aplicarse en el próximo invierno de 2026.

Cómo es la ley para que Argentina adopte igual huso horario que Chile

La génesis del proyecto con media sanción en la Cámara Baja, que se mantuvo cajoneado (demorado) por bastantes años, explica en parte el consenso alcanzado. Fue un texto transversal que reunió las iniciativas redactadas por dirigentes de distintos bloques. Figuran allí el radical Julio Cobos, la salteña Pamela Calletti por Innovación Federal, la porteña Gisela Marziotta de Unión por la Patria y el cordobés Oscar Agost Carreño de Encuentro Federal.

Sin embargo, hay un autor y promotor que se destaca: Julio Cobos. El exvicepresidente de la Nación (2007-2011) y gobernador de Mendoza (2003-2007) fue quien más empujó la discusión, incluso contra los detractores, por lo “innecesario” que parece ser dentro de una constante convulsionada agenda política y económica.

Cobos no lo fundamentó solamente desde la teoría, sino desde la experiencia. En Mendoza, durante los meses de invierno, el sol aparece recién pasadas las 8:30. En esas mañanas, miles de chicos entran a la escuela a las 7:00 en plena oscuridad.

“El presente proyecto busca una mayor coincidencia entre la hora solar y la oficial con el fin de lograr activar el sistema circadiano de cada persona. La energía solar es un recurso ilimitado, que favorece la transición energética hacia energías más renovables que las que se emplean de manera tradicional”, se declara en la presentación.

En ese sentido, el senador nacional reconoció en diálogo con Noticiero Andino que los científicos insisten en un ahorro de energía del 35% por el aprovechamiento de la luz solar desde temprano. Sin embargo, no es el argumento central de la histórica iniciativa.

“El ahorro seguramente existe, pero para mí lo esencial es mejorar la educación. Argentina no pasa por sus mejores momentos en materia educativa, y este proyecto puede contribuir”, declaró el legislador, quien defiende hace tiempo que adelantar el amanecer en invierno permitiría un mejor desempeño en las aulas y en los lugares de trabajo.

“Vamos a tener un mejor rendimiento académico de los chicos, porque si los llevamos a las 6 de la mañana los estamos despertando a las 5. Con este cambio, al menos no se pierde esa hora inicial de luz tan importante”, recalcó.

También habló de la seguridad para quienes se desplazan hoy de noche en las primeras horas del día. Por ejemplo, al esperar el colectivo (buses del transporte público) para acudir al trabajo.

Atrasar los relojes tiene resistencia en Argentina

Mover las agujas del reloj parece sencillo, pero no fácil de habituar en la rutina de unos 46 millones de habitantes con niveles importantes de jetlag social.

De ir atrás en el tiempo, Argentina adoptó en 1920 el huso horario UTC-4, que cubre la mayor parte del país, aunque la zona cordillerana llega a encontrarse sobre el huso -5. En 1930 se incorporó el huso -3 como horario de verano (el mismo de Brasil o Chile sólo en época estival), para aprovechar mejor la luz natural en los días de amaneceres más tempranos.

La alternancia entre -4 y -3 se interrumpió en 1970 y, por error, el país quedó fijo en el huso -3. Así lo señala un estudio del Conicet citado en el proyecto de Cobos, que remarca cómo una decisión administrativa terminó alterando la referencia horaria del territorio.

Como experiencia breve y fallida, entre octubre de 2008 y marzo de 2009, la Argentina llegó a tener dos husos horarios: las llamadas “hora del oeste” y la “hora del este”. Con mucha polémica, la medida implicó adelantar una hora los relojes -no atrasarlos- y buscaba un ajuste regional que terminó generando más inconvenientes que beneficios.

Los problemas están frescos en la memoria colectiva: las personas tenían dificultades para coordinar reuniones a distancia, trámites bancarios, llamadas telefónicas, llegar a horario a los vuelos o simplemente sintonizar su programa favorito en la televisión. Argentina tiene una centralidad y dependencia histórica con Buenos Aires.

Basta ver la publicación de Cobos en X celebrando la media sanción de la ley para cambiar el huso horario de UTC-4 a UTC-3 y chequear el nivel de desacuerdo de los porteños. ¿Por qué? A diferencia de los argentinos del centro-oeste, temen que la puesta de sol pase de las 18:00 a las 17:00, recortando las horas disponibles para exponerse al sol y obligándolos a cenar más temprano.

Entre las respuestas con más cantidad de likes y retuits, aparecen las de los usuarios @ElianaCere: “¿Vos te despertás todos los días viendo con qué cosa nueva podés salir para joderle la vida a la gente?”, @LeoMorganella: “En AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), que tiene el 40% de la población del país, en invierno va a anochecer a las 5 de la tarde y en verano va a amanecer a las 4 de la mañana. Va a estar divino el conurbano en invierno con oscuridad a las 17. Imbécil” y @MinelliRomi: “En Argentina no somos madrugadores ni cenamos a las 19 hs. A esa hora los niños y adolescentes están terminando sus actividades extra escolares, los adultos qué salimos de trabajar a las 18 hs llegaremos de noche a nuestros hogares”.

Otra alternativa que surgió en la discusión es la adopción permanente de UTC-4, sin diferenciar entre verano e invierno, tal como proponían algunos proyectos de ley que se quedaron en el tintero.

Lo mencionó en X Diego Golombek, investigador del Conicet y profesor en la Universidad de San Andrés, al advertir que “el problema es que el proyecto habilita a alternar horarios de verano e invierno. Esto no funciona, y se está discutiendo y abandonando en muchos lugares del mundo. Quedémonos en el horario correcto todo el año”, es decir, atrasar una hora los relojes de una vez y para siempre.