El Consejo de Administración de la brasileña Petrobras aprobó como nuevo presidente de la petrolera estatal al general retirado del Ejército, Joaquim Silva e Luna.

El nombre fue propuesto para el cargo por el mandatario de extrema derecha, Jair Bolsonaro.

Petrobras informó en un comunicado remitido al mercado financiero que su Consejo de Administración, en una reunión realizada hoy, “eligió a Joaquim Silva e Luna para el cargo de presidente de la compañía”.

El órgano también dio luz verde a la renovación de la cúpula ejecutiva de la empresa, que es de control estatal, pero con acciones negociadas en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York y Madrid.

La ratificación de Silva e Luna viene precedida de la celebración, el pasado lunes, de una Asamblea General Extraordinaria de Accionistas, en la que se eligieron a los nuevos integrantes del Consejo de Administración, entre ellos el general de la reserva.

Silva e Luna sustituye como presidente de Petrobras al economista Roberto Castello Branco. Su gestión fue criticada por Bolsonaro por las continuas subidas en los precios de los combustibles, que llegó a tildar de “inadmisibles”.

Nuevo presidente de la petrolera

Presionado por el sector camionero, Bolsonaro anunció por sorpresa el nombramiento de Silva e Luna como nuevo presidente de la petrolera.

Su decisión provocó una fuerte caída de las acciones de Petrobras y despertó el temor del mercado financiero. Esto, ante una posible injerencia de presidente en la política de precios de los combustibles.

Bolsonaro aseguró que no interferirá en la administración de Petrobras, pero al mismo tiempo insinuó la posibilidad de “cambiar esa política de precios”.

Silva e Luna, que antes de asumir Petrobras fue presidente de la parte brasileña de la hidroeléctrica binacional de Itaipú, es el primer presidente militar de la petrolera desde los tiempos de la dictadura.

Desde que asumió el poder en 2019, Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, ha abierto las puertas de su Gobierno a miembros de las Fuerzas Armadas, de donde proceden casi la mitad de sus ministros, a lo que se suman unos 6.000 militares activos y de la reserva en otros cargos civiles.

También ha confiado en militares para altos cargos en las empresas públicas del país, como así ha ocurrido en Petrobras, la mayor compañía de Brasil.