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Niños muriendo de hambre y población que no resistirá mucho, las otras caras del conflicto en Sudán

Por César Vega Martínez
Con información de Agencia EFE.

05 noviembre 2025 | 22:00

Entidades como la UNICEF y Save the Children están alertando sobre la grave situación que vive la población civil en Sudán, en medio del conflicto armado entre las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y las fuerzas del gobierno.

Recordar que el primer grupo conquistó, el domingo 26 de octubre, la localidad clave de El Fasher, donde se han reportado niveles de derramamiento de sangre sin precedentes, además de ejecuciones de civiles, violencia sexual, saqueos y desplazamiento de población.

En las últimas horas, el portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Ricardo Pires, indicó que hay millones de niños en situación crítica.

Se estima que más de 3,2 millones de menores de cinco años en Sudán sufren desnutrición severa y la vida de 772.000 de ellos corre serio peligro si no reciben tratamiento inmediato, expuso Pires ante la prensa en la ONU en Ginebra.

El personero de UNICEF recordó que la nación africana sigue siendo el país “con la mayor crisis alimentaria del mundo”.

En este sentido, en la misma rueda de prensa el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Christian Lindmeier recordó que casi la mitad de la población sudanesa, o 21,2 millones de personas, enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria, y 375.000 padecen hambruna.

El problema puede extenderse con los movimientos de la población desplazada, aumentado el riesgo de hambruna en 20 áreas del país, según los últimos informes de Naciones Unidas sobre la situación alimentaria en Sudán.

El vocero de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), Tommaso Della Longa, urgió por su parte a proteger las vidas de civiles y de personal humanitario en Sudán.

Recordó, en este sentido, que dos trabajadores de la Media Luna Roja sudanesa siguen desaparecidos tras un ataque del 27 de octubre durante un reparto de alimentos en el que fueron asesinados cinco miembros de la organización humanitaria.

Situación en Sudán

En este mismo contexto, la ONG Save The Children alertó que la población de Al Fasher, no puede aguantar “mucho tiempo” sin recibir ayuda humanitaria vital que no llega por problemas logísticos.

En una entrevista telemática con la agencia EFE, el director adjunto de Programas y Operaciones en Sudán de la ONG, Francesco Lanino, recordó la crítica situación en la que se encuentran unas 260.000 personas que siguen atrapadas en aquella ciudad.

“Realmente, no tienen mucho tiempo. Estamos hablando ya de posibles condiciones de hambruna para toda la población de Al Fasher”, aseveró Lanino, que alertó de la inseguridad alimentaria para todos los desplazados hacia Tawila, una localidad a unos 60 kilómetros al oeste a la que han llegado decenas de miles de personas desde la caída de la capital de Darfur Norte.

Ese municipio, donde opera Save the Children, acoge según la ONU al 37 % de del total de desplazados internos en Darfur Norte y al 7 % de todo Sudán, es decir, una cifra superior a las 650.000 personas, que tienen que sobrevivir en condiciones extremas y esperando a que la ayuda llegue a cuentagotas.

“Hay casos de niños y mujeres que están muriendo por malnutrición y, claramente, es algo que necesita una atención inmediata porque la situación puede empeorar en las próximas semanas o meses, con más personas que podrían morir por no tener acceso comida”, lamentó el responsable de la ONG desde Sudán.

Tras la toma de Al Fasher, el que fue el último bastión del Ejército en Darfur, las FAR mataron a más de 2.000 personas, según el Gobierno sudanés controlado por la junta militar, algo que fue calificado de “limpieza étnica” por varias organizaciones humanitarias.

“Para nosotros es también imposible acceder y verificar lo que está pasando, tampoco podemos entregar alimentos o proveer servicios médicos a la población necesitada”, aseguró Lanino, que recordó que “los trabajadores humanitarios también son víctimas de esta guerra”, ya que decenas han muerto en más de dos años y medio de conflicto.

Además, una de las principales preocupaciones para la mencionada ONG es la zona que conecta Al Fasher con Tawila, conocida como la “carretera de la muerte” y que Lanino describió como “una tierra de nadie llena de guerrillas y grupos armados que, literalmente, están matando a todas las personas que intentan salir de Al Fasher”.

Las organizaciones humanitarias no pueden operar fuera de Tawila, donde los desplazados que consiguen llegar cuentan escenas de violencia “brutales”, violencia sexual contra mujeres y niños y “matanzas selectivas” contra personas de comunidades étnicas específicas, de acuerdo con el responsable.