El penal perfecto es la obsesión de más de un futbolista, aunque los estudios difieren sobre cómo patear de mejor manera un disparo y no fallar.

Sin importar el lugar, el escenario o el nivel de partido que se esté jugando, cada vez que un árbitro pita y marca el punto penal los corazones se detienen.

Es una inmejorable opción de anotar para un equipo, la chance de convertirse en héroe o villano para un jugador y un portero, y un momento plagado de tensión para los hinchas.

Algunos dicen que los penales son cosa de suerte, otros que es pura técnica. Para Stephen Hawking, una de las mentes más brillantes en la historia de la humanidad, se trataba de ciencia.

De acuerdo a De Rabona, el astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico realizó un estudio en el que llegó a diversas conclusiones, dando pistas de cómo puede ser el penal perfecto.

Esquinado y arriba

Para Stephen Hawking, un remate en específico tiene mayores probabilidades de ser gol: los que van a uno de los ángulos superiores.

De todos los disparos analizados, los que iban ubicados a los rincones de arriba tenían el porcentaje de éxito más cercano al 100%: un 84% de efectividad.

Penal durante duelo del Arsenal.
ARCHIVO | EFE

Pero el británico no solo estudió la colocación de los penales. También concluyó que, para tener más probabilidades de anotar, el jugador debía dar al menos tres pasos antes de golpear el balón.

“Esto permite dar mayor velocidad al remate. Quienes lo hagan con menos distancia disminuyen su efectividad a un 57%”, sentenció Hawking.

Delanteros, ojalá rubios o calvos

En la previa del Mundial de Brasil 2014, Stephen Hawking profundizó en otros aspectos de su estudio sobre el penal perfecto, donde también llegó a varias curiosidades.

A su juicio, por ejemplo, no hay evidencias de si los jugadores diestros tienen más efectividad que los zurdos o viceversa; pero sí los futbolistas rubios o calvos tienen más chances de anotar.

Lo que también concluyó el divulgador científico es que los delanteros son mucho más certeros que volantes y defensas a la hora de patear un penal: los atacantes tienen 81% de efectividad.

Sin embargo, pese a la evidencia estudiada, siempre que a Hawking se le consultó por su análisis, bromeó con que “esto seguirá siendo uno de los grandes misterios de la ciencia”.

“Es como patear por primera vez”

Otro británico que analizó la ejecución del penal perfecto fue Mark William, doctor especializado en investigación de Ciencias del Deporte de la Universidad John Moores.

Para él, si bien factores como los mencionados por Hawking influyen de gran manera a la hora de patear, también existen variables psicológicas a la que ningún atleta queda exento a la hora de pararse a 11 metros de la portería rival, lo que dificulta aun más encontrar la ejecución ideal para una pena máxima.

“En una situación de mucha presión, uno empieza a pensar dónde poner el pie con el que se patea, con qué parte patear, piensa con demasiado detalle”, afirmó William a la BBC.

“Una vez que se llega a eso es posible que el rendimiento se vea deteriorado. Conlleva a una parálisis por análisis”, complementó el investigador británico.

Penal durante duelo de Premier League.
ARCHIVO | EFE

Sobre lo anterior, William detalló que “debido a la ansiedad, el cerebro de los pateadores olvida todo lo memorizado en años de entrenamiento. El futbolista no patea el penal con su memoria implícita, sino con la memoria de procedimiento, la que ejecuta los movimientos voluntarios. Es como si lo pateara por primera vez”.

Para cerrar su análisis, el investigador de John Moores afirmó que “quien patea le teme al resultado, al fracaso en caso de no anotar el gol. La presión es más severa en el pateador que en el arquero, porque nadie espera que el arquero ataje”.

Entonces, ¿existe el penal perfecto?

Considerando las conclusiones de Hawking y Mark William, se podría decir que el penal perfecto no existe.

Sí hay variables que se pueden emplear para buscar mayor eficacia pero, chilenizando las palabras del doctor de la de la Universidad John Moores de Liverpool, a cualquiera le puede tiritar la pera antes de ejecutar un tiro desde los once metros.

Le pasó a Carlos Caszely en el Mundial de España 1982, a Lionel Messi en la final de Copa América 2016, a Kylian Mbappé en la Eurocopa 2021 y, eso, solo por nombrar algunos casos.