Además de transformarse en el socio ideal de Lionel Messi, a fuerza de goles y títulos Luis Suárez se convirtió en ídolo y leyenda del Barcelona, pero se terminó yendo por la puerta de atrás y al día de hoy todavía le duele el trato que recibió de parte de la dirigencia que en ese entonces encabezaba el ex presidente Josep Maria Bartomeu

“Lo que más me molestó fue que me dijeran que era mayor y que ya no podía jugar al máximo nivel en un gran equipo como Barcelona. Por eso, pese a tener contrato, avisaron que no me tendrían en cuenta, que ya no me querían, y me faltaron el respeto”, reveló el delantero uruguayo en una entrevista con la revista France Football.

Barcelona apostó por Luis Suárez en un momento complicado para él después de haber sido suspendido por la famosa mordida al defensor italiano Giorgio Chiellini en el Mundial de Brasil 2014.

Junto a Messi y Neymar conformaron la famosa MSN, una delantera que quedará por siempre en la historia del club y del fútbol mundial. Y ya sin el crack brasileño, se afianzó aún más la sociedad con Messi dentro y fuera de la cancha, a tal punto que para muchos su sorpresiva salida fue un mensaje para el crack rosarino en medio del conflicto originado por su deseo frustrado de irse después del burofax.

“Si no hubiera demostrado nada en Barcelona en los seis años que estuve lo habría entendido, pero marqué más de 20 goles por temporada y siempre tuve buenas estadísticas, solo superadas por Lionel Messi, cuando muchos otros no cumplieron las expectativas”, agregó delantero de 34 años.

El uruguayo sostuvo que por eso quería una revancha en “un club de primer nivel como Atlético Madrid”, ya que su salida del club catalán también hizo sufrir a su familia, “porque todos tenían su vida en Barcelona y fue difícil decirle a los chicos que tenían que despedirse de sus amigos”, concluyó el delantero, quien justamente comparte con Messi el liderazgo de la tabla de goleadores en la liga española, con 16 tantos.

Para colmo y más allá de los rumores que sonaron y siguen sonando como posibles refuerzos, Ronald Koeman no logró reemplazar a Suárez ni con Antoine Griezmann ni mucho menos con Martin Braithwaite, y encima potenciaron a un rival directo en La Liga como el equipo de Diego Simeone, hoy único puntero.

“Nunca me rendí, ni siquiera en momentos difíciles. Es una cuestión de autoestima. Después de todos estos años en el Barcelona, quería demostrar que todavía puedo ser útil al más alto nivel”, agregó el tercer máximo anotador en la historia de la institución catalana con 198 goles.