Un balde de agua fría recibió el pasado jueves Coquimbo Unido en el marco de su participación en la Copa Sudamericana 2021.

Y no solo porque no pudo disputar su enfrentamiento de ida de las semifinales contra el argentino Defensa y Justicia, a raíz de tres resultados de PCR positivo en el conjunto trasandino que obligaron a suspender el cotejo. La cosa empeoraría con el paso de las horas.

Muchos pensaron que el elenco chileno podría ganar los puntos en el escritorio, argumentando una falta de rigurosidad en el cuadro argentino y recordando que otros clubes, como Junior de Colombia, se presentó de todos modos a jugar en nuestro país con 9 casos en su plantel.

Sin embargo, el golpe fue mayor cuando Conmebol, a través de un comunicado, informó el aplazamiento del enfrentamiento y, a su vez, el trasladó de la localía coquimbana hacia Asunción, Paraguay. Siempre culpando a las autoridades sanitarias chilenas.

Sí, en un hecho que parece no tener mucho sentido, el ente rector del balompié sudamericano ratificó el duelo para el próximo martes 12 de enero en suelo guaraní… solo 5 días después de la suspensión y prácticamente sin realizar cuarentena (¿Qué sentido tuvo no jugar, entonces?).

¿Por qué en Paraguay?

La interrogante que nació rápidamente tras la declaración de Conmebol fue: ¿Por qué en Paraguay?.

En este sentido, según confirmaron desde la entidad a Diario Olé de Argentina, la elección paraguaya no es al azar, y estaría relacionada a que las medidas sanitarias son menos restrictivas.

“En Paraguay no es considerado contacto estrecho una persona que comparte un avión, por eso se achica el riesgo de suspensión al sacar a Coquimbo de su país”, asevera la citada publicación.

Además, el periódico argentino hace hincapié en que la resolución estuvo acertada porque “el reglamento en este año permite cambio de sede” en casos extraordinarios.

Así, con todo en contra, Coquimbo no se amilana y espera dar el golpe el próximo martes.