Diego Maradona deberá afrontar un largo tratamiento por su adicción al alcohol cuando deje el sanatorio donde fue operado por un hematoma de la cabeza hace una semana, un proceso que podrá realizar en casa, dijeron sus médicos este martes.

“Estamos evaluando los detalles para ver los pasos a seguir, lo que sí queda claro es que esto recién comienza y que tenemos que continuar con un tratamiento”, dijo a la prensa Carlos Díaz, psicólogo y miembro del equipo médico que lo atiende en la clínica Olivos.

Todo avanza hacia su traslado, probablemente esta semana, a una casa en el barrio privado Nordelta, en Tigre, a 30 km de Buenos Aires, para que Maradona se aloje cerca de donde vive su hija Gianinna.

“La idea es que Diego esté rodeado por las personas más cercanas porque los vínculos son los que van a poder ayudar a Diego a estar bien, sumado al seguimiento psicológico y médico”, explicó Díaz al confirmar que el tratamiento será “ambulatorio”.

Más temprano su médico personal, el neurocirujano Leopoldo Luque, dijo que el traslado de Maradona “está prácticamente resuelto” en acuerdo con la familia.

“Todo va en línea con que (la recuperación) siga en una casa, en Nordelta es una de las ideas más fuertes”, declaró Luque, a la radio argentina La Red.

Luque afirmó que “el estado de salud actual de Maradona es bueno” y admitió que “se está barajando el alta”.

Maradona, de 60 años, fue hospitalizado el 2 de noviembre por un cuadro de anemia y deshidratación en La Plata, al sur de Buenos Aires. Una tomografía reveló que tenía un hematoma subdural, por lo que se lo trasladó de urgencia a una clínica en Olivos (periferia norte de Buenos Aires) donde lo operaron con éxito el martes pasado.

La familia, clave

Si se instala en Nordelta, estará cerca de Gianinna, la menor de las dos hijas que tuvo con Claudia Villafañe, su exesposa de la que se divorció en 2003 tras 27 años de matrimonio.

Díaz, precisó que este martes “hubo una reducción significativa de la sedación” que recibe.

“Se lo está conteniendo a través de los vínculos. La familia está muy cerca y los allegados acompañándolo y conteniéndolo en todo momento. Él responde bien frente a los afectos”, indicó.

El profesional evaluó como algo positivo que Maradona quiera irse. “Es un buen síntoma, así que estamos planificando los pasos a seguir”, aseguró.

“Sin dudas Diego va a estar acompañado esté donde esté. Un paciente con este tipo de problemáticas debe estar acompañado por su vínculos”, explicó.

Su voluntad, determinante

El psicólogo destacó que Maradona “está con muchas ganas de salir adelante”.

“Todos conocemos la personalidad de Maradona y cuando uno habla de consumo problemático y adicción estamos hablando de una enfermedad que conlleva tratamientos complejos, pero lo importante es que tenga voluntad de cambio”, subrayó.

Por su lado Luque afirmó que Maradona manifiesta su deseo de irse del sanatorio, pero ya no lo hace en forma agresiva como sucedió tras la operación, una reacción que los médicos consideraron producto de una abstinencia.

Según el médico, el cuadro de abstinencia “es al alcohol, no a las drogas”.

“En el último tiempo, para Diego era tomar una copa y hacerle mal. No es un gran consumidor pero es todo el cuadro, con los fármacos que toma”, explicó e insistió en que uno de los problemas de Maradona es su dificultad para conciliar el sueño.

En los últimos 20 años, Maradona estuvo dos veces al borde de la muerte a causa de sus adicciones a las drogas.