Con el histórico ascenso del Leeds a la Premier League, Marcelo Bielsa ha vuelto a convertirse en el entrenador del momento.

En Argentina quisieron sumarse a esta tendencia y explicaron por qué, si el ‘loco’ es tan bueno, aún no dirige al Real Madrid.

Mediante una columna, titulada “Y si Bielsa es tan bueno, ¿por qué no dirige al Real Madrid?”, el diario La Nación entregó rasgos de la filosofía de juego y vida de Bielsa, las cuales transmite a sus dirigidos.

Estas ideas serían incompatibles con clubes grandes como el Real Madrid o Barcelona, pues el argentino necesita tener todo bajo control.

“Cuando muchos desde la crítica se preguntan por qué el entrenador rosarino -que este martes cumple 65 años- evita dirigir equipos cuya historia y billetera los destaca del resto, aludiendo a una supuesta falta de valentía, desconocen la personalidad de un hombre que en cada uno de sus desafíos deportivos se vuelve un constructor”, detalle el escrito.

“Bielsa necesita tener todo bajo control. Sus proyectos son integrales y sus equipos, ‘de autor’. Da todo y a cambio exige lo mismo. Sin términos medios, sin matices. La intromisión dirigencial, el ego de grandes estrellas o la sensación de conformismo atentan contra el convencimiento. Para ganar hay que querer y para querer hay que convencer”, agrega el columnista Román Iucht.

Por lo mismo, Ioutch hace hincapié en la necesidad de Bielsa de contar con jugadores no tan experimentados: “En su mayoría jóvenes o sin grandes logros, un cuerpo técnico con voracidad por el aprendizaje, dirigentes respetuosos de los roles y aficiones con identidad y alto sentido de pertenencia. Los lugares en los que el técnico ha trabajado respetan siempre el mismo patrón. Es en ese hábitat desde donde nacerá cualquier proceso que lo entusiasme”, agregó.

Además, enfatizó que el fanatismo por el rosarino poco y nada aporta al debate, ya que el foco está en su caparazón y la evaluación de la prensa.

“Como toda corriente que despierta tantas adhesiones, el fanatismo poco ayuda al debate de ideas. Quienes caricaturizan a Bielsa exaltando hechos comunes solo logran rechazo. Que compre sus víveres en el mercado o tome café en un bar no lo vuelven noticia. Que salude a los aficionados o se tome fotos con ellos, no lo humaniza”, puntualizó.

Eso sí, el periodista también recalca que no se puede juzgar al ‘Loco’ solo por una mala campaña: “No habrá debate posible si como único elemento de análisis se pone sobre la mesa al mundial de 2002. Ni el mismo Bielsa puede explicarlo quitando a la palabra fracaso para evaluarlo desde lo deportivo. Sin embargo, no tiene sentido, salvo para los necios, quedarse anclado solo en ese lugar. Las derrotas no tienen fecha de vencimiento, pero evolucionar es salir de esa tristeza infinita. Se pueden agregar derrotas y segundos puestos en cada lugar donde dirigió. Es más fácil ese reduccionismo que observar dónde estaban esos clubes antes de su aparición y cuánto potenció a sus jugadores en su tiempo de trabajo”, añadió.

El columnista aclaró que Bielsa prefiere “demostrar antes que prometer”, pues es una respuesta saludable a la tendencia de que se premia solo al equipo que gana y se llena de trofeos y títulos.

“Bielsa prefiere demostrar antes que prometer. Buscará socializar el conocimiento desde su generosidad y su seguridad. Querrá ganar como todos y se mortificará ante cada traspié, pero es una saludable respuesta y una bofetada al mensaje tortuoso que solo premia al que gana que aquellos que coleccionan títulos y llenan sus vitrinas elogien de forma unánime a un “perdedor serial”, declaró.

“Tan humano como todos, con errores y virtudes, Bielsa encarna un fenómeno aspiracional. Solo dirige equipos de fútbol pero al mismo tiempo es capaz con sus actos, repetidos en el tiempo, de hacer y decir lo que a muchos nos gustaría, sabiéndonos incapaces de cumplirlo. Su falta de versatilidad y su previsibilidad en sus planteos de juego admiten cualquier discusión, finalmente se trata de fútbol. Su coherencia y respeto por la ética no van a debate. Esos valores son los que provocan que los fanáticos del Leeds ahora -y tantos otros antes- lo amen “mucho más de lo que alguna vez sabrá”, cerró.