La final de la Copa de Dinamarca fue interrumpida cerca de un cuarto de hora el miércoles debido a aficionados rebeldes que rechazaban respetar las reglas de distancia social impuestas en el interior del estadio para luchar contra la propagación del nuevo coronavirus, indicó la policía.

En el primer tiempo, “el árbitro tuvo que suspender el partido hasta quince minutos, cuando los aficionados del AaB (club de Aalborg, noroeste) se negaron a quedarse en las sedes designadas y se aglutinaron en violación de las reglas de lucha contra el COVID-19″, indicó la policía de Sydjylland en Twitter.

Imágenes muestran a miembros del equipo técnico del Aalborg pidiendo, en vano, a sus aficionados regresar a su lugar.

Expulsados del estadio, entre 40 y 50 de entre ellos fueron metidos en un autobús y enviados a Aalborg, desde Esbjerg, donde se disputaba el partido entre su club y Sonderjyske (sudoeste).

El partido se reanudó tras 14 minutos y se saldó con la victoria de Sonderjyske (2-0).

Los dos equipos disponían cada uno de 750 entradas para sus aficionados.

Hasta ahora, el público de un partido de fútbol estaba limitado a 500 personas, pero el martes, el gobierno danés autorizó a los aficionados a subir de número.

Los espectadores debían respetar una distancia de un metro entre ellos, frente a dos antes.

En Copenhague, podrán ser hasta 10.500 en apoyar a su equipo en el Parken, el mayor estadio de Dinamarca, que puede albergar a 38.000 espectadores, indicó el martes a la AFP el responsable de comunicación del club, Jes Mortensen.