El mediocampista nacional Arturo Vidal vio la tarjeta roja a los 90 minutos en el empate a un gol entre Napoli y FC Barcelona, en el Estadio San Paolo, en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League.

El ‘King’ derribó a Mário Rui y luego ambos jugadores se encaran chocando cabezas, por lo que el árbitro termina mostrándole dos tarjetas amarillas a Vidal en la misma jugada y el chileno se fue expulsado.

Ni una sola vez disparó a puerta el FC Barcelona en la primera parte, que dominó el balón pero de forma intrascendente. Y una vez lo hizo en la segunda, y marcó. Sin apenas pases al hueco ni hacia adelante, con un juego plano y horizontal, estrellándose ante la poblada defensa napolitana y sin desmarques ni verticalidad alguna. Ni Messi estuvo inspirado ni Griezmann ni Vidal supieron leerle sus intenciones.

El argentino fue, eso sí, el único en intentar dar chispa al juego de un Barça que se pareció demasiado al que terminó por poner fin a la era de Ernesto Valverde, y que respiró con esa finalización certera de Griezmann a pase de Nelson Semedo en una de las muy escasas llegadas entrelazadas.

Al Nápoles de Gennaro Gattuso le salió el plan casi a la perfección. Encerrados atrás y con orden, renunciando al balón y a la presión, fueron cerrando huecos para, en un error de Junior Firpo aunque compartido con toda la zaga blaugrana, atacar y encontrar, a la media hora, la vía a la red de Marc-André Ter Stegen. La perdió Junior, la recuperó y centró Zielinski y Dries Mertens controló y fusiló al alemán en un tiro preciso a la escuadra.

El delantero belga tuvo que dejar el campo en el minuto 54 por lesión, y su lugar lo ocupó un Arkadiusz Milik que es el máximo goleador del equipo de San Paolo.

El Barça respondería con la misma medicina. En el primer disparo a puerta, gol. En la primera arrancada con cabeza y velocidad de Nelson Semedo, Sergio Busquets encontró al lateral luso, rozando el fuera de juego pero en posición correcta, y éste le dio una asistencia a Antoine Griezmann para que el ‘Principito’ marcara ante el desacierto del meta Ospina.

Igualados en el marcador en un partido insulso, de pocas ocasiones y donde las defensas y el juego lento se imponía a los ataques y a la electricidad. Intentó Setién, con Arthur, cambiar las cosas pero realmente fue el Nápoles, saliendo de la cueva para tener dos buenas ocasiones, quien hizo que el duelo se abriera y permitiera más idas y venidas.

Primero fue el capitán Insigne quien puso a prueba a Ter Stegen, que estuvo sólido, y mejor aún estuvo el alemán para evitar el 2-1 clarísimo que marró el español José Callejón. Recibió un balón de Milik dentro del área, con espacios y tiempo, y no fue capaz, con todo a su favor, de superar a Ter Stegen.

Pudo haber sido decisiva esa jugada, ya que pocas ocasiones más hubo. El partido volvió al punto inicial, con el Nápoles defendiendo con todo y el Barça, sin aire fresco desde el banquillo hasta la entrada de Ansu Fati en el 87′, no pudo volver a poner a prueba a Ospina. Además, Arturo Vidal se autoexpulsó al encararse con Mário Rui cuando Felix Brych ya le iba a mostrar una amarilla y le mostró dos consecutivas.

No se terminaron ahí los problemas para el Barça, ya que justo después se torció el tobillo izquierdo el central Gerard Piqué tras un salto. El equipo, con uno menos, cogió aire pero se quedó sin opciones de ir a buscar el triunfo. El Nápoles, no tan cómodo desde el empate con el resultado, protestó pero tampoco fue capaz de alejarse de su ‘catenaccio’ y acabó dando por bueno un empate que le obliga a marcar en el Camp Nou ya que ahora el pase está en manos del Barça. Pero antes, este domingo, Clásico en el Santiago Bernabéu.