Inter de Milán sufrió su primera decepción en la temporada. Luego de un brillante comienzo en la Serie A donde son punteros tras ganar los tres partidos que han disputado, el cuadro que dirige Antonio Conte hacía su estreno en la Champions League.

Al frente tenía a Slavia Praga, un equipo que en el papel se veía más que abordable. Sin embargo, los italianos debieron sufrir hasta el final y solo consiguieron un empate como local, un gran tropiezo si se tiene en cuenta que Barcelona y Borussia Dortmund son los otros integrantes del grupo.

El magro resultado no cayó bien dentro del vestuario y provocó que dos figuras del plantel casi terminaran a los golpes. Se trata de Romelu Lukaku y Marcelo Brozovic, puestos fijos en el esquema de Conte.

Según informó la Gazzetta dello Sport, todo se originó cuando el delantero belga le recalcó a sus demás compañeros que necesitaba mayor aporte ofensivo y que debían seguir con mayor precisión el plan de su entrenador.

Esto no le habría caído bien al croata, que le respondió de vuelta a Lukaku. Los ánimos comenzaron a caldearse y ambos se enfrentaron cara a cara hasta que los demás compañeros de equipo se pusieron en medio para separarlos y evitar que llegaran a los golpes.

De esta forma, el Inter vivió una complicada semana de cara al crucial duelo que protagonizará este sábado desde las 15:45 horas ante el AC Milán, en lo que será una nueva versión del clásico de la ciudad.