La magia y talento de Ronaldinho Gaúcho se acercan a Chile. El retirado futbolista confirmó que vendrá en el mes de octubre, donde realizará distintos eventos deportivos.

El astro brasileño abandonó la actividad oficialmente en enero de 2018, aunque no jugaba de manera profesional desde 2015 cuando defendía los colores del Fluminense. En su carrera no faltaron los logros, hitos y lujos.

La década del 2000 fue sin duda su más exitosa y la más recordada por los aficionados de todo el mundo. En 2002 levantó la Copa Mundial con la ‘verdeamarela’, y en 2006 junto con el Barcelona brilló para ganar la UEFA Champions League.

Pero en esos años Gaúcho tiene también su historia con Chile. Más específicamente el 7 de septiembre de 2008: cuando Claudio Bravo le arruinó la noche atajándole un penal.

Dulce para Brasil, amargo para Ronaldinho

Si los hinchas chilenos tuviesen que elegir el partido más recordado para ellos, no elegirían este. Primeros partidos de las eliminatorias a Sudáfrica 2010, donde ‘La Roja’ buscaba volver a un Mundial de la mano de Marcelo Bielsa. El rosarino empezaba a mostrar sus armas con el equipo nacional, un juego ofensivo y sin pausa era lo que buscaba el técnico argentino.

Al frente tenía a la selección de Brasil, llena de figuras, entre ellos Robinho, Luis Fabiano y el propio Ronaldinho, pero con un técnico que no convencía como Dunga. En ese entonces se le cuestionaba al DT su propuesta de juego, y veía en Chile una forma de callar las críticas.

La esperanza del público esa noche en el Estadio Nacional era contundente, pero no fue suficiente.

La selección chilena salió al césped de Ñuñoa con la misión de hacerle daño a Brasil, y si bien no faltaron las llegadas al arco de Júlio César, el gol nunca llegó. Humberto Suazo, Matías Fernández y Alexis Sánchez probaron en más de una ocasión a la portería rival, pero la falta de finiquito pesó más en la definición.

Pero en el otro lado no fue igual, los goles de Luis Fabiano (21’, 82’) y Robinho (45’) decretaron la goleada brasileña de 3-0, aunque pudieron ser más, muchos más.

Claudio Bravo ahogó el grito de gol brasileño en más de una oportunidad, pero uno destacó por sobre todos. Minuto 38’ y Marco Estrada bajó a Diego en el área nacional. El árbitro decretó penal y fue Ronaldinho quién tomó el balón.

El en ese entonces jugador del AC Milan era especialista, dueño de todos los balones detenidos. Pero no contaba con Bravo. El portero nacional llevaba solo un par de años en la Real Sociedad, luchando por un puesto en el difícil futbol español. De su experiencia en penales ni hablar, salvo la definición de Colo Colo contra Universidad de Chile en 2006 en la que tapó dos, el guardameta no tenía la habilidad bajo los 3 tubos que se le conoce actualmente.

‘Dinho’ se posicionó para ejecutar la falta y pateó a su izquierda. El chileno le adivinó el lado y le quitó la oportunidad de celebrar al talentoso volante. La gente del Nacional lo festejó como un gol.

Tras eso, Gaúcho no se repuso y abandonó la cancha a los 54’. Todos celebraron en la visita, menos uno. El crack brasileño no había tenido su noche. Esa sería la última vez que jugaría en territorio chileno, pero sí se cruzaría nuevamente con un equipo nacional en territorio extranjero.

En 2011, defendiendo los colores de Flamengo, Ronaldinho cayó por goleada frente a Universidad de Chile por octavos de final de Copa Sudamericana. 4-0 fue el resultado en el duelo de ida. En la vuelta, el nacido en Porto Alegre no viajó a Chile. Partido histórico para los dirigidos por Jorge Sampaoli, que luego levantarían el título.

Por la selección se volvió a enfrentar a ‘La Roja’, esta vez en un amistoso en Belo Horizonte el 24 de abril de 2013. Fue un 2-2, con goles de Réver y Neymar para el ‘Scratch’, y de Marcos González y Eduardo Vargas para el conjunto chileno. Ese sería el último partido del ganador del balón de oro por su selección. Una vez más, el astro no pudo celebrar.

Negativas experiencias del histórico ‘10’ con Chile, y que cuando pise suelo nacional en octubre, seguramente se le pasará por la mente alguna de ellas, en que su reconocido rostro alegre cambió por uno triste.