Era un partido de sangre caliente. Sao Paulo recibía en el mítico Estadio Morumbí a Talleres de Córdoba con la misión de revertir el 2-0 de la ida y lograr la clasificación a la tercera ronda de la Copa Libertadores.

Sin embargo, el cuadro cordobés mostró oficio y supo aguantar con jerarquía el empate sin goles. Como suele ocurrir en los partidos donde se enfrentan argentinos y brasileños, el juego brusco pasó a ser una constante.

Corría el minuto 79 del complemento y los paulistas no encontraban la vuelta al partido, los ánimos estaban caldeados y fue entonces que el volante, Everton Cardoso, decidió descargar su frustración con una criminal acción.

En un balón disputado en media cancha, el brasileño fue con la pierna levantada tal como si se tratara de una pelea de UFC y no un partido de fútbol. El damnificado fue Enzo Díaz quien recibió los toperoles de lleno en el rostro, cayendo fulminado al piso.

El juez del encuentro, Roddy Zambrano, de pésima actuación, dejó pasar la acción y ni siquiera amagó a sacar tarjeta amarilla, sin embargo, al ver que el jugador de Talleres sangraba profusamente, expulsó de forma directa al brasileño.

Finalmente, el afectado pudo seguir el partido con un vendaje que le cubría toda la cabeza y fue parte de una histórica hazaña por parte de Talleres, aunque al término del partido debió recibir 20 puntos en la frente.

Por la tercera fase del certamen continental, Talleres enfrentará a Palestino. El equipo que resulte vencedor pasará a formar parte del grupo A de la Copa junto al campeón vigente, River Plate, Internacional de Porto Alegre y Alianza Lima.