Si la mayoría pensaba que la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors había sido una eternidad, están totalmente equivocados.

Resulta que hay otra definición la cual está catalogada como el duelo más largo en la historia del fútbol. De hecho, duró cerca de dos meses.

Para conocer más detalles de esta historia debemos irnos a la España de 1977. Acá no hubo partido de ida y vuelta, sino que se trató de un cotejo de 90 minutos.

En esos años España estaba atravesando el proceso de transición, pues hace poco la dictadura de Francisco Franco había llegado a su fin y la democracia se encontraba restaurándose.

Los protagonistas: el Laredo y el Getxo, debían enfrentarse el 23 de enero en los Campos de Sport de San Lorenzo por la Tercera División. Sin embargo, una invasión de hinchas locales días antes del cotejo obligó a las autoridades a mover el partido al estadio del Racing de Santander.

Allí se disputó el cotejo sin grandes emociones, hasta que al minuto 38 de la segunda mitad el árbitro cobró un penal a favor del Getxo por una mano en el área.

Los jugadores del Laredo explotaron contra el juez y se le fueron encima. Tras la pelea, el referí decidió expulsar al capitán del Laredo y volvió a iniciar el encuentro.

Sin embargo, la polémica no terminó ahí. Gonzalo, del Getxo, erró el penal mandándolo a las nubes y el árbitro decidió repetirlo por una invasión al área.

Como era de esperar, todo el Laredo ingresó a la cancha y agredió al juez. Y a falta de 68 segundos para que terminara el duelo.

El Comité de Competición de España decidió suspender el encuentro y reanudarlo con la siguientes condiciones: que el penal se volviese a patear y que se jugase el minuto y medio que restaba de partido.

Además, al Laredo le aplicaron una multa y su estadio fue clausurado.

Tras la suspensión, la violencia volvió a instalarse en España. un grupo terrorista secuestró al general Villaescusa, uno de los hombres más importantes de la dictadura, y se produjo la matanza de Atocha, donde asesinaron a cinco abogados.

Cuando la calma se instaló nuevamente el partido se jugó. La fecha fue el 23 de marzo, dos meses después.

Como si se tratara de una película, el árbitro reanudó el partido con el penal, el cual nuevamente se fue a las nubes gracias al disparo de Fernando López.

El juez lo repitió nuevamente y esta vez no hubo invasión ni insultos. Tras un minuto de juego el partido finalizó.

El vicepresidente de Laredo, José Luis Alonso, calificó el duelo como un “robo a mano armada”.