Como muchas veces, Matías Firpo se dirigió al estadio Monumental de River Plate el pasado 24 de noviembre para ver un partido de fútbol. Aquel partido no iba a ser cualquiera: por el contexto y por las consecuencias en la vida del joven argentino.

Firpo es, hasta ahora, el único detenido por los proyectiles lanzados al bus de Boca Juniors, lo que provocó la suspensión de la final de vuelta de la Copa Libertadores.

A través de la tecnología, el hincha de River Plate fue identificado y su casa fue allanada para lograr su detención. En un juicio abreviado, reconoció su culpabilidad, fue condenado a dos años y cuatro meses de prisión en suspenso y al cumplimiento de reglas de conducta.

“Voy a la cancha con amigos y familia. Fue un momento en el que no supe controlar un impulso, del cual me arrepiento porque sé que estuve mal”, dijo Firpo.

“Siempre entro por Quinteros y la policía había cortado la calle. Se estaba juntando mucha gente ahí, porque no dejaban pasar a nadie. Nunca pensamos que iban a hacer doblar al micro por ahí y cuando llegó fue todo un desastre”, recordó el hincha de River en entrevista con el canal TN de Argentina.

Pido disculpas, soy un hincha más que va a la cancha como cualquiera”, se lamentó.

“El micro venía por Libertador y poco custodiado. La policía nos tiró para atrás con el gas que tiró la moto, hasta que nos ordenamos y entramos al estadio”, explica Firpo.

El joven argentino insiste en que no es el único culpable. Asegura que la responsabilidad es compartida y que “todos estuvimos mal”, incluyendo el operativo policial.

“No me esperaba el allanamiento, porque no soy de hacer esas cosas. Pero con las redes sociales, al que más pescaron fue a mí. El elemento que se ve que tiro no le pega al micro“, asegura el imputado.

Lo que más me duele es no poder ir más a la cancha. Le pido perdón a la institución y a los hinchas, porque es el lugar que amo”, ruega el argentino, que quedó con la prohibición de ir al estadio Monumental de River.

“Todos nos equivocamos, es bueno aprender de los errores. Pido disculpas a la sociedad y al club. No me considero lo que dijo la prensa: no soy barra ni asesino. No quise matar a nadie. Así como la policía reprimió, la gente en un momento de exaltación respondió. Nada más”, cerró.

Matías Firpo quedó libre por carecer de antecedentes y deberá cumplir con 180 días de trabajo comunitario y un curso de convivencia.