Tras su excelente prestación en Rusia, la prensa europea situó a Benjamin Pavard en Bayern München, en la Juventus, en el Barcelona o en el Real Madrid… Pero en la vida real el campeón del mundo francés juega en el Stuttgart, colista de la Bundesliga.

Cuando regrese del parón internacional, tras el partido contra Alemania el martes en París, Pavard será recibido por un nuevo entrenador. El técnico Tayfun Korkut fue despedido la semana pasada por los malos resultados y reemplazado por Markus Weinzierl.

Seguir en el Stuttgart tras proclamarse campeón mundial como titular indiscutible a los 22 años fue una elección muy especial de Pavard.

“De todas las situaciones se aprende. Tenía un proyecto de carrera, no olvido que ellos me vinieron a buscar a Lille, cuando no había mucha gente que creía en mí. Me dieron confianza y es gracias a ellos que estoy aquí (en la selección)“, señaló el domingo en la televisión francesa.

“No voy a esconder que he tenido muchas propuestas, pero en mi cabeza lo he tenido claro. Tenía que continuar al menos una temporada en el Stuttgart, por el amor a la camiseta, amo este club y a sus aficionados“, añadió.

Gran operación para el Stuttgart

Pavard llegó al Stuttgart en 2016 para jugar en segunda división. En algunos meses el talentoso lateral se adaptó al rigor y se convirtió en un jugador muy regular, logrando el ascenso en 2017.

Su contrato con el club finaliza en 2021, pero a partir de junio de 2019 tiene una cláusula que le permite salir por 35 millones de euros.

“‘Benji’ es un jugador para un gran club, es evidente”, señaló el director deportivo del Stuttgart, Michael Reschke, que prometió dejarle partir al final de la actual temporada.

El club saldrá ganando. Pavard llegó de Lille por cinco millones de euros y ahora tiene un valor estimado en 40 millones.

A la espera, pelea por la permanencia, algo complicado, como subraya el seleccionador francés Didier Deschamps: “Me duele por él, estoy convencido de que es muy duro de vivir, pero no cambiará mi consideración sobre la evaluación de fuerzas del jugador”.

Tremenda regularidad

No me planteo la cuestión de si lo llamo o no. Psicológicamente es un periodo complicado para él, pero no pongo en duda lo que es capaz de hacer, lo que ha hecho y lo que puede hacer en el futuro”, añadió.

Pavard, al optar por quedarse en Stuttgart, prefiere también ver el vaso medio lleno. Jugar en un equipo en dificultades a su edad le permite progresar, ya que tomará más responsabilidades y tendrá un tiempo de juego máximo.

El jugador es indiscutible. Acaba de cumplir 52 partidos consecutivos como titular, sin ser reemplazado ni una sola vez. De hecho, Stuttgart no ha jugado sin él desde el 10 de marzo de 2017, cuando el equipo todavía estaba en segunda división.

Desde el ascenso a la Bundesliga, nunca ha sido sustituido. Jugó los 34 partidos de la temporada pasada sin perderse un minuto y los siete de la actual campaña.