El 2010, Bruno Fernandes de Souza era el mejor arquero de Brasil. Jugaba en el Flamengo y su calidad era tal, que ese mismo año el Milan de Italia lo quería sí o sí en sus filas.

Todo parecía ir bien en la vida del jugador, lo tenía prácticamente todo. Sin embargo, un brutal crimen nubló por completo su carrera y lo mandó directo a la cárcel.

A continuación, la terrible historia que enlutó al mundo del fútbol en esos años.

Todo comienza y termina el 2010. En ese año apareció Eliza Samudio, una actriz porno de 25 años que tenía un sueño: conquistar a un futbolista. Se sabía todos los nombres de los jugadores de sus equipos favoritos, entre ellos el Flamengo.

Marcelo Theobald I Agence France Presse
Marcelo Theobald I Agence France Presse

Mientras Bruno gozaba de la fama, Eliza irrumpió en un programa de farándula de ese país para hacer una dura confesión. El 2009, en una ‘fiesta’ (una orgía, muy populares en Brasil), ambos se conocieron y mantuvieron relaciones sexuales, quedando embarazada del jugador.

Aquella confesión armó un escándalo de proporciones en Brasil. Fernandes, que por cierto estaba casado, de inmediato negó tal acusación.

La actriz continuó con su relato señalando que cuando Bruno se enteró del embarazo, se molestó demasiado. De hecho, hizo todo lo posible para que ella abortara.

Según sus propias palabras el jugador, junto a un amigo de él llamado ‘fideo’, la secuestraron y la golpearon para que perdiera el bebé. Además de eso, ofreció 40.000 reales a quien la convenciese de deshacerse del hijo.

Al estallar la polémica, los periodistas fueron a consultarle al portero si aquello era cierto o no. Bruno contestó sereno: “sí, la conozco, pero el niño no es mío”.

Pese a todo lo que confesó Eliza pudo tener finalmente a su bebé. Al nacer, la actriz interpuso de inmediato una demanda por paternidad y la táctica de Fernandes cambió.

Volvió a ser delicado con ella, conoció al bebé y se ofreció a hacerse el examen de ADN para confirmar si era realmente el padre de ‘bruninho’. Ella estaba feliz e ilusionada, pues esperaba que Bruno pudiese pagarle una buena pensión a su hijo.

Sin embargo, cuando todo parecía mejorar, Elisa desapareció sin dejar rastro alguno.

Belo Horizonte

Acá hay dos versiones. Unos dicen que ambos se fueron por voluntad propia a Belo Horizonte, a la casa del arquero, mientras otros apuntan a que a la actriz la secuestraron y la llevaron a aquella residencia.

Bruno siempre negó el viaje, pero una cámara de seguridad captó al jugador ingresar junto a Eliza, pero a ella no la ven salir.

Desde aquel viaje la joven desapareció y la policía comenzó a investigar, encontrando posteriormente manchas de sangre en un auto de propiedad de Bruno. Además, en el mismo jeep, encontraron también un par de gafas de marca Dolce&Gabana y unas sandalias negras de tacón alto.

Cuando se hizo público el hallazgo una amiga de Eliza vio los objetos y no dudó en que las pertenencias eran de la actriz. “Son suyas”, reveló.

Rápidamente la policía de Brasil levantó una orden de prisión preventiva para el portero y su amigo ‘fideo’. Antes de que comenzara la búsqueda ambos se entregaron voluntariamente ante las autoridades.

Marcelo Theobald I Agence France Presse
Marcelo Theobald I Agence France Presse

Hasta ahí se hablaba del secuestro de la joven, pero de pronto apareció un testigo clave en esta encrucijada: el sobrino de 17 años de Bruno Fernandes de Souza.

Los policías lo interrogan y el joven entrega una macabra confesión. A Eliza la secuestraron y la llevaron a la casa en Belo Horizonte. Allí ‘fideo’ la torturó (en presencia de Bruno), la estranguló y después entre todos la descuartizaron.

En la casa habían cuatro perros de raza rottweiler y ustedes podrán imaginarse que sucedió ahí. Posteriormente los huesos los enterraron y los taparon con cemento.

El cuerpo de la joven nunca se encontró y el futbolista fue condenado en el 2013 a 22 años de prisión, pese a que siempre negó haber mandado a asesinar a su amante.

Después de casi siete años Bruno salió en libertad porque la sentencia no estaba firme. ¿La razón? Antes de ingresar a la cárcel, el portero presentó un recurso contra la condena y el retraso de la justicia, que sigue sin resolver el caso. Esto llevó a que un juez ordenara su puesta en libertad provisional a la espera de la apelación.

Bruno Fernandes de Souza en el Boa Esporte

Cristiane Mattos I Agence France Presse
Cristiane Mattos I Agence France Presse

Solo 10 días después el portero firmó por el Boa Esporte de la segunda división del fútbol brasileño y alcanzó a jugar cinco partidos. Aquello generó un escándalo de proporciones en Brasil.

Es por eso que un tribunal superior determinó que la libertad del arquero estaba mal concebida. Mientras se tramitaba la apelación Fernandes volvió a la cárcel.

Bruno Fernandes de Souza continúa preso y hoy por hoy le cuenta sus hazañas deportivas a los otros reclusos en la cárcel.