Cuando Marcelo Bielsa se sentó por primera vez en la sala de prensa del Leeds United, leyó una carta en un poco pulido inglés. Le costaba pronunciar y perdía el ritmo constantemente, pero no abandonó la tarea. “Me gustaría decir que mi inglés es malo, me sentiría avergonzado si me escuchara hablar en inglés. Pero lo voy a mejorar, quiero mejorarlo“, dijo ese día. Después trató de continuar hablando en inglés, sin embargo, a medio camino se le entrometió el castellano: This is… quería decir esto antes de empezar”.

A su lado estaba el francés Salim Lamrani. Un ‘traductor’ que no es traductor. Un doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos que ha participado en conferencias junto a tipos de la talla de Noam Chomsky, Howard Zinn y Ken Livingstone. Un periodista que ha escrito para Red Voltaire –medio independiente con sede en el Líbano- y en un sitio que apoya la causa palestina. El autor de “Fidel Castro, héroe de los desherados”, un elogioso libro al líder cubano que fue censurado por Paypal para compras en internet. Sin planearlo, ese académico con galones desembarcó en el mundo del fútbol sin tener ninguna experiencia previa.

El entrenador argentino llegó al Olympique de Marsella en 2014 y, sin quererlo, ejerció una poderosa atracción en Salim, hincha acérrimo del cuadro de la costa gala. ¿Qué había en ese hombre que miraba los partidos sentado en una hielera, ajeno a este tiempo, tan indiferente a las trivialidades que rodean el fútbol? Él quería saber y se puso a investigar. Sus columnas dejaron de concentrarse en Fidel Castro o en el ‘Che’ Guevara y se dedicaron a contar la historia del rosarino, ese futbolista precario pero de pasión desbordada que hoy es uno de los técnicos más respetados del fútbol, pese a no tener el palmarés de los grandes.

“Personaje atípico en el mundo del fútbol, Marcelo Bielsa es ante todo un intelectual y un apasionado que se compromete cabalmente en su vocación, que consiste en preconizar un hermoso juego ofensivo que llena de alegría a los aficionados”, fue la descripción que hizo Salim del argentino.
El académico quería conocer el lugar donde había empezado todo y viajó hasta Rosario. Allí, por fin, pudo conocer al entrenador que había revolucionado al Olympique y a él mismo. Del apretón de mano y las palabras de cortesía saltaron a la conversación honda. El francés de las mil lenguas había logrado resquebrajar la capa de hielo de Bielsa, quien cuando tomó el mando del Lille lo llamó para que fuese su interprete. Salim no lo pensó mucho, renunció a su puesto en la Université de la Réunion y emprendió la aventura.

En su nuevo club, Bielsa se entreveró en una batalla con los dirigentes que salió del subterráneo y esparció sus esquirlas por todos lados, dejando una imagen para el recuerdo. El DT, en estado de ebullición, respondió agriamente y con el rictus de la rabia tatuado en el rostro a un periodista en conferencia de prensa. Salim tradujo con tono duro y con una expresión similar. Ya se había contagiado del estado febril del rosarino.

“No es de extrañar que le atraiga alguien así. El lenguaje de Bielsa es muy preciso, se cultiva, además tiene una retórica particular. Creo que quiere que se respete esta retórica. Cuando Bielsa habla con la prensa, considera que habla con sus seguidores a través de los medios, por lo que quiere dejar claro que su discurso no está distorsionado“, explicó el autor del libro ‘Le mystere Bielsa’, Romain Laplanche, en declaraciones recogidas por el diario La Nación de Argentina.

A mediados de este año se confirmó que el ex técnico de la ‘Roja’ volvería a los banquillos para liderar al Leeds United, un grande que quiere recuperar la gloria extraviada y volver a la elite del fútbol británico. Ya en los primeros pasos que daba, con las manos detrás de la espalda, por el campo de su nuevo club se le veía con su nuevo escudero. Para los ingleses es una rareza que un técnico no maneje el idioma, pero les divierte ver a ese hombre que casi no mira a la cámara, a ese traductor que le habla a Bielsa al oído, como compartiéndole un secreto, y que se pone a discutir con el entrenador delante de los periodistas sobre si la Premier League es lo mismo que la Premiership.

Bielsa asiste a clases intensivas de inglés para aprender. Metódico y obsesivo, es probable que lo logrará. Mientras, Salim es el portador de su palabra.