Un exitoso exfutbolista chileno lo está pasando mal en el centro de la pandemia del coronavirus. Se trata de Jorge Vargas, quien cumple una estricta reclusión en un hotel de China para evitar contagios.

Vargas trabaja como ayudante de Roberto Donadoni en el Shenzen FC y relató a La Cuarta lo que ha sido su angustiante. Además, realizó un claro llamado al Gobierno para aplicar medidas más restrictivas.

“Cuando partió el coronavirus nos fuimos dos meses a España. Todo estaba OK y tuvimos la suerte de que le renovaran la visa de turista a los jugadores, porque para toda China son 15 días. Tuvimos que volver a un punto intermedio que era Dubai, pero Emiratos Árabes cerró las fronteras y tuvimos que volver. Estamos yendo sin ningún rumbo claro”, detalló.

Este aislamiento lo está afectando y declaró sentirse ‘muy mal de ánimo’. “Estamos en cuarentena desde el viernes. El lunes llegó una comunicación del gobierno para una cuarentena total. En el hotel cada uno está encerrado en su pieza”, indicó.

En la misma línea, recalcó que “la situación es terrible, acá hay gente del staff que se la han muertos personas cercanas, compañeros, colegas… Y ni siquiera pudieron estar cerca para despedirlos”.

Y es que las medidas impuestas por el gobierno chino son estrictas y deben cumplirse al pie de la letra: “Uno pierde la noción del tiempo. Ahora entiendo lo que siente la gente en la cárcel. Internamente, debe morirse. Y eso que yo estoy acá en 40 metros cuadrados. No puedes abrir la ventana, no puedes tomar aire. Es una reclusión”.

Por lo mismo, el llamado es claro a las autoridades del país y Vargas recalca que deben tomarse medidas drásticas: “El toque de queda no sirve de nada, sobre todo en la noche, cuando no anda gente. Todos piensan en el tema económico y eso ya pasó. Tienen que cerrar el metro y los buses. La cuarentena tiene que ser total. El país tiene que cerrar completo”.

“En China es así. La gente ya no puede salir para nada. Si sales estás muerto. Hay que hacer un cambio de mentalidad, los chinos son disciplinados y entienden. Allá en Chile un tipo se sube a un bus a Iquique, está 32 horas y contagia a 50 personas”, concluyó.