El deporte se ha paralizado al rededor del mundo por culpa del coronavirus. Las grandes ligas de básquetbol, rugby, fútbol y los circuitos de tenis son algunas de las competencias que han visto pospuestos o cancelados sus eventos.

Pero hay una liga que se niega a detener el balón y que ha causado gran polémica en Europa. Se trata de la Superliga de Turquía que, pese a las recomendaciones, sigue sin suspenderse.

Si bien hay algunos dirigentes del fútbol otomano que han pedido la suspensión del certamen, la mayoría ha optado por su continuación.

De acuerdo a palabras del presidente de la Federación de Fútbol de Turquía, Nihat Özdemir, el país no corre mayores riesgos por la pandemia del Covid-19 y, por ahora, solo han optado por jugar sin público los partidos.

Twitter | @GalatasaraySK
Twitter | @GalatasaraySK

La poca empatía en el fútbol turco derivó en la renuncia de John Obi Mikel, ahora exjugador del Trabzonspor, actual líder de la Superliga turca, quien prefirió dejar el club antes de seguir jugando por temor a la pandemia.

“En un momento tan grave, todo el mundo debería estar en su casa, con su familia y sus seres queridos”, reclamó el jugador nigeriano. El resto sigue obedeciendo a sus dirigentes.

Ahí es donde cuatro chilenos se ven involucrados. Junior Fernandes en el Alanyaspor, Mauricio Isla en el Fenerbahçe, Cristóbal Jorquera en el Fatih Karagümrük SK y Enzo Roco en el Besiktas siguen en actividad.

Para peor, ayer se confirmó la primera muerte por Covid-19 en Turquía (un hombre de 89 años) lo que, esperan los futbolistas, derive en medidas más estrictas en relación a la Superliga.