Cuando tenía sólo 15 años caminó detrás del cortejo fúnebre de su madre, la princesa Diana de Gales, mientras todo el mundo miraba con atención cómo William -el joven que algún día será el monarca de Reino Unido- perdía a su madre luego del trágico accidente en París.

Han pasado más de 20 años de ese suceso y el príncipe William sigue viviendo frente a las cámaras como uno de los miembros más importantes de la Familia Real británica.

De esta forma, pudimos apreciar su crecimiento, desde su paso por el colegio Eton, la Universidad de St Andrew, su noviazgo con la que finalmente se transformaría en su esposa, Katherine Middleton o el nacimiento de sus tres hijos, George, Charlotte y el pequeño Louis.

William siempre ha mantenido una imagen ejemplar, sin embargo, un nuevo libro terminaría con esta reputación de “niño bueno” y lo pondría más en el papel del niño problema de la monarquía, un puesto que históricamente ha mantenido su hermano, Harry.

Nada es lo que parece

Robert Lacey, el conocido historiador de la familia real británica y asesor de los creadores de la serie de Netflix, The Crown, es escritor de “Battle of Brothers: William, Harry and the Inside Story of a Family in Tumult” (Batalla de hermanos: William, Harry y la historia interna de un tumulto), la publicación que promete, según destaca la revista Vanity Fair, desentrañar cuál es la relación que mantienen actualmente los hijos de Diana, la que estaría dañada desde que Meghan Markle llegó a la vida de los británicos.

El historiador considera la vida de los hermanos, que mantuvieron una cercana y fuerte relación, marcada por el fallecimiento de su madre, pero también por el escrutinio público que han vivido desde que son niños, aunque se enfoca en el comportamiento de William y Harry durante los últimos años, destaca el diario español ABC.

Sin embargo, algo que llama la atención de la publicación es la descripción de ciertos episodios del príncipe William, que lo marcarían para siempre, como por ejemplo cuando en 1995, protagonizó un ataque de ira luego de la entrevista que Diana entregó a la cadena BBC, en la que hizo referencia a su “matrimonio de 3, con un ataque a Camilla Parker Bowles, y reconocer su amor por James Hewitt, un oficial de caballería.

Según señaló Lacey, “Se desató el infierno. Estaba furioso… Que había hablado mal de su padre, que había mencionado a Hewitt (James hewitt, examante de Diana y oficial de Caballería del ejército británico). Él comenzó a gritar y llorar, y cuando ella trató de abrazarlo, él la apartó de un empujón. Al día siguiente, William se disculpó con su madre por su mal genio y le regaló un ramo de flores. Pero Diana sintió que se había hecho un daño irreparable”.

Sin embargo, esta situación no fue única y según destaca el historiador, es algo que se repitió en la adolescencia y vida adulta del príncipe, como por ejemplo cuando su padre tomó la decisión de casarse con Camilla Parker Bowls.

Según consigna Vanitatis, Lacey indicó que “según ella (Camilla), las disputas habían sido estremecedoras, con William gritando y Carlos sometiéndose dócilmente. En el reino de William, todo tenía que ser perfecto. Si su padre no lograba estar a la altura de la visión de su hijo, soltaba su furia”.

Otro punto que destaca Vanity Fair es que William, durante varios años, habría sido el “rey de la noche” británica, lo que habría tenido más de una consecuencia con Kate, quien comenzó a ser su novia en la Universidad.

La revista de Conde Nast también resalta algunos episodios complejos para el príncipe, como cuando Middleton terminó su relación con él luego de que este decidiera tener un “viaje sólo de chicos” a Grecia, aunque la tripulación que lo transportó era compuesta sólo por mujeres. Además, comenta sobre las noches de fiesta de “el rey de la noche” cuando William disfrutaba junto a sus amigos de la armada, donde el alcohol era lo que menos faltaba.

Adiós al hermano perfecto

Sin duda, una de las revelaciones más fuertes que trae el libro, es la responsabilidad que se tendría William, respecto del comportamiento adolescente del príncipe Harry, el “niño terrible” de la Familia Real.

En este aspecto, hace hincapié en uno de los episodios más polémicos que vivió Harry en 2005 cuando asistió a una fiesta vistiendo un uniforme nazi como disfraz y su imagen dio la vuelta al mundo.

Según afirma The Mirror, el autor declaró que la responsabilidad de que Harry usara ese traje no fue sólo del hijo menor de Diana, sino que había sido una decisión que tomó junto a su hermano, mientras elegían disfraces en Maud’s Cotswold Costumes.

Este incidente habría comenzado a separar a los hermanos, ya que a Harry le habría molestado que William saliera libre de la situación que lo puso en un compleja escenario, teniendo que incluso emitir disculpas públicas. Según destaca el medio inglés, por primera vez, dejaron de hablar.

Sin embargo, lo que los terminaría de separar fue la llegada de Meghan Markle a la vida de Harry, algo que la prensa internacional ha especulado desde que los duques de Sussex se casaran y decidieran vivir lejos del palacio de Kensington, donde residen los duques de Cambridge junto a su familia.

Megxit

Según menciona Vanity Fair, William consideró que el noviazgo de la pareja iba muy rápido y no como ocurrió con él y Kate, que mantuvieron un noviazgo de varios años antes de decidir comprometerse. En este sentido, Lacey relata “para William se trataba del futuro de la monarquía, su sagrada misión; mientras que para Harry era el amor de la mujer compleja y cautivadora que finalmente le dio sentido a su vida”.

Si bien, William y Meghan se llevaron bien cuando se conocieron, el príncipe le mencionó a Harry: “Tómate todo el tiempo que necesites para conocer a esta chica”, lo que habría desatado el rechazo de Harry contra su hermano, destaca “Finding Freedom” el libro de Omid Scobie y Carolyn Durand, que apoya las palabras de Robert Lacey, aunque se cree que es una publicación para “levantar” la imagen de los Sussex.

El enojo de Harry implicó que incluso el mayor de los hijos de Carlos recurriera a Charles Spencer, hermano de Diana y tío cercano a ambos, para que pudiera mediar en su relación. Sin embargo, el alejamiento de ambos continuó, destacó El País.

Esto se reflejó en la separación de la pareja de las actividades típicas de la familia real, como sus vacaciones en Balmoral o Sandringham, así como que no aparecieran su imagen en el discurso navideño que la reina Isabel II emitió en 2019, lo que habría generado el enojo del príncipe Harry, que se exacerbó con la sesión fotográfica de la monarca con los herederos, donde no se le consideró a él o su hijo, Archie.

Estas y otras situaciones habrían pavimentado el camino para que los Sussex decidieran dar el paso al famoso Megxit, separándose de la familia real, sin que William o familia real pudieran hacer algo, marcando el camino en la separación de ambos hermanos, cuya fracturada relación se mantiene hasta hoy.