Vivienda y salud son parte de las partidas señaladas como “prioritarias” en la discusión del Presupuesto 2026, que será delineado por esta administración y con el cual deberá trabajar el próximo presidente y su gabinete.

Pero más allá de los puntos que generen consenso entre parlamentarios, los temores por un déficit fiscal considerable y la falta de holguras en el próximo gobierno complican la viabilidad de ciertos compromisos sociales.

Billetera fiscal para 2026

El presupuesto, las prioridades y el déficit fiscal. Una combinación compleja en la antesala de una discusión que necesitará de recortes y mucho diálogo.

Eso sí, ya hay cierta definición de prioridades: Educación, seguridad, salud y vivienda.

En esa última cartera, que lidera el ministro Carlos Montes, hay claridad de que el déficit habitacional es un compromiso pendiente y que sigue siendo una tarea que se perseguirá incansable hasta el término del Gobierno.

Sin embargo, el problema de las restricciones que rodean el sueño de la casa propia, requiere necesariamente de un presupuesto igual o mayor del que se estableció en la discusión de 2025.

En esa línea, el secretario de Estado afirmó que la ley necesita discutirse en base a proyecciones realistas.

En paralelo, está la partida de salud, que el año pasado enfrentó déficit en los principales servicios porque los recursos no alcanzaban.

Están los temores de que eso se repita.

No obstante, la ministra Ximena Aguilera aseguró que su cartera es una prioridad y que el presupuesto no debería reducirse.

Adicionalmente, la sobreestimación de ingresos es otra alarma que ha encendido el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) y que podría interferir en la elaboración del erario, remarcó Guillermo Araya, gerente de estudios de Renta4.

Por último, otros expertos tienen los ojos puestos en lo que serán las cifras de crecimiento en los próximos meses, considerando que eso podría sentar las bases que marquen el espacio para gastar o no hacia adelante.