José Antonio Neme remeció el matinal de su canal con una confesión que parecía salida de una teleserie: estuvo a punto de casarse con un norteamericano, pero la historia terminó en una infidelidad.
Según el animador, fue él mismo quien engaño a su pareja mientras esta estaba en el extranjero. Al enterarse, este lo dejó, según sus propias palabras, “recogido en pedacitos”.
La infidelidad de José Antonio Neme
Antes de entrar en detalles, Neme sorprendió en Mucho Gusto al recordar que su ex pareja, Walter, era casi un personaje recurrente en el canal. “Era como un jugador de la NBA… un hombre enorme, de color, muy simpático”.
La relación, que se extendió entre 2015 y 2017, parecía avanzar directo al altar: viajes cada dos semanas, papeleo en proceso y hasta el inicio de trámites para la Green Card (Visa de residencia en EE.UU).
Pero mientras el periodista corría de Miami a Chicago y de Atlanta a cualquier ciudad donde Walter tuviera proyectos laborales, algo empezó a hacer ruido. “Gasté una fortuna en esos viajes… al final, la relación se empezó a desgastar”, reconoció.
El quiebre definitivo llegó cuando Walter lo invitó a acompañarlo a un proyecto laboral en San Juan, Puerto Rico. Pero durante un viaje por carretera, ocurrió el momento que marcó el final.
Se quedó sin Green Card: no hubo matrimonio
“Me pide que le compre unos Doritos en una bencinera. No quedaban, así que compré otra marca. Él los toma y me dice: ‘¡No me gustan estos!’”. Lo que parecía una pataleta terminó siendo una acusación directa: “‘¡Porque tú me engañaste!’”.
Walter había revisado el teléfono de Neme y encontrado una conversación comprometedora. “Yo lo negué hasta la muerte, poh”, admitió el animador, resignado.
Tras la explosión la relación simplemente no resistió. “Me dijo que no quería nada más conmigo, que la fidelidad era demasiado importante”, relató Neme, aún con evidente nostalgia.
Incluso hizo un intento desesperado por recuperar el amor perdido: viajó a Chicago el día de su cumpleaños, buscando una última oportunidad. Pero la respuesta fue definitiva: no habría perdón.
Todo este quiebre ocurrió cuando Neme estaba tramitando su residencia para mudarse a Estados Unidos. “Me sometí a todos los chequeos, hice todos los trámites… hasta que me pillaron poniendo los cuernos”, recordó entre humor y dolor.