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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Piotr Szczerek, el hombre más odiado de Internet por robar el regalo de un tenista a un niño en el US Open, rompió el silencio y se disculpó públicamente. Szczerek aseguró que creyó erróneamente que el tenista le pasaba la gorra a él y admitió haber cometido un grave error al quitarle el regalo al niño.

Piotr Szczerek, quien la semana pasada se convirtió en el hombre más odiado de Internet, rompió el silencio tras ser identificado como el adulto que robó el regalo de un tenista a un niño en el US Open.

Fue en el partido donde el polaco Kamil Majchrzak (76° del ATP) venció al ruso Karen Khachanov (9°) que las cámaras captaron al empresario polaco quitándole a un menor un gorro que el ganador del encuentro le había obsequiado.

Y ahora, según detalla Daily Mail, Szczerek decidió romper el silencio con una “humillante disculpa” y confirmó que es él quien aparece en el repudiado registro.

“Debido a la situación ocurrida durante el partido de Kamil Majchrzak en el US Open, me gustaría disculparme inequívocamente con el niño lastimado, su familia, todos los aficionados y el propio jugador”, publicó el empresario y CEO de Drogbruk, compañía de pavimentación con sede en Blaszki (Polonia).

“Cometí un grave error. En medio de la emoción, en medio de la celebración del público tras la victoria, estaba convencido de que el tenista me estaba pasando la gorra a mí, para mis hijos, quienes previamente habían pedido autógrafos. Esta creencia errónea me llevó a extender la mano instintivamente”, agregó Szczerek.

Luego, el cuestionado empresario polaco remarcó que “hoy sé que hice algo que parecía haberle quitado deliberadamente un recuerdo a un niño. No era mi intención, pero eso no cambia el hecho de que lastimé al niño y decepcioné a los aficionados”.

Para cerrar, Piotr Szczerek reveló que, junto a su familia, aumentarán sus colaboraciones a jóvenes deportistas -especialmente tenistas- de su país.

“Esta es una lección de humildad dolorosa, pero necesaria para mí. Por lo tanto, participaré aún más activamente en iniciativas de apoyo a niños y jóvenes, así como en acciones contra la violencia y el odio. Creo que solo con acciones puedo reconstruir la confianza perdida”, concluyó el CEO de Drogbruk.