El extenista, Nicolás Massú, recordó sus inicios en el tenis, rememoró su hazaña en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, valoró la importancia de su madre y se refirió a su amistad con Fernando González y Marcelo Ríos.
En conversación con el programa de Martín Cárcamo, “De Tú a Tú”, el hoy entrenador señaló que a los 5 años comenzó a jugar tenis, cuando su abuelo lo inscribió en el Club Unión. A los 11 años ya viajaba solo por el mundo.
“Viajaba a hacer lo que más me gustaba y a los 16 años me dediqué al tenis, entonces tuve que madurar muy rápido. Tuve que manejar distintos idiomas, culturas, dinero, manejarme en un mundo que no es tan fácil porque es nuevo, tener que tomar decisiones adelantadas”, relató.
Hacer deporte profesional no era tan fácil, sobre todo en Viña del Mar ya que no existían colegios para deportistas. Por lo que tenía que faltar a clases para jugar torneos y luego no le alcanzaba el tiempo para ponerse al día. Pero aún así salió adelante en los estudios y jugando tenis.
Nicolás relató que su abuelo, Ladislao Fried, cumplió un rol fundamental para que el persistiera en el tenis y confesó que sus abuelos escaparon de la Segunda Guerra Mundial donde estuvieron presos en los campos de concentración, en Auschwitz.
Su abuela materna tiene 94 años y es una de las 6 personas que aún siguen vivas tras haber vivido presencialmente la guerra.

¿De dónde saca su garra?
“Mucha gente me pregunta cómo tengo el carácter tan fuerte, por la garra, por la lucha, por todas esas cosas que yo hago. Mira el ejemplo que tengo”, dijo.
El extenista contó que cuando era niño le gustaba tener que rendir tanto en el colegio como en los entrenamientos de tenis, pero que sobresalir en éste último se fue convirtiendo en prioridad: “yo todo el tiempo estaba pensando en jugar tenis. Jugaba contra la pared, horas y horas y horas (…). A mí, para ganarme, necesitabas pegarme con un palo en la cabeza, entonces yo desde chico entendí eso”.
Consultado por qué es lo que más extraña del mundo del tenis, el exdeportista declaró que “creo que si hay algo que echo de menos hoy día, es poder estar en una cancha jugando Copa Davis. Pero por otro lado como soy capitán de Copa Davis estoy ahí y de alguna u otra manera tengo esa vivencia”.
Además, Massú relató que la primera vez que fue a ver un partido de Copa Davis al Estadio Nacional fue cuando tenía 13 años. Tras quedar hipnotizado por el ambiente, las banderas y los infaltables C-H-I, se prometió que algún día tenía que jugar por Chile. Fue a los 16 años cuando debutó en Copa Davis, “para mí, jugar por Chile, es un incentivo y un orgullo único”, expresó.

La hazaña de los Juegos Olímpicos
Nicolás Massú llegó con 24 años a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. En ese entonces estaba dentro de los mejores del mundo y el año anterior, el 2003, había sido su mejor año.
“Llegué con otra perspectiva de lo que se podía hacer, fui pensando que se podía lograr algo grande. Esas dos semanas fueron espectaculares”, dijo.
Lo que más rescato es que yo no tuve miedo, cuando tuve la oportunidad fui en busca de eso. No me conformé, porque yo tenía todas las excusas posibles para poder jugar esa final de singles sabiendo que no había dormido. Estaba muy desgastado porque con Fernando habíamos ganado la medalla de oro en dobles el día anterior. Entonces esa noche dormí cuatro horas, con toda la emoción de haber ganado la primera medalla de oro para Chile, con todo el desgaste de la semana. Yo no estaba en igualdad de condiciones”, agregó.
Tras relatar el partido, Nicolás contó que después del cuarto set fue al baño, se mojó la cara, se miró al espejo y antes de entrar nuevamente a la cancha, entre el cansancio y la adrenalina, se dijo: “anda y lucha hasta el final porque este partido lo tengo que ganar como sea. Esta oportunidad no la vas a tener nunca más en tu vida. Anda y lucha como un león”.
“Cuando saco para el partido, miré para arriba y le pedí a Dios que me dejara ganar ese punto y que por último si después lo ganaba no jugaba nunca más tenis… y después me empecé a lesionar”, comentó entre risas.
La importancia de la ‘Tía Sonia’ y su amistad con Fernando González y Marcelo Ríos
Si hay una persona de la familia de Nicolás que no ha pasado desapercibida es la madre de los Massú. “Es divertido, yo la apoyo siempre al máximo, imagínate, ha hecho comerciales, tiene nose cuántos followers en Instagram, va a los programas de televisión. La verdad es que mucha gente me pregunta por ella, es muy querida. Es importante que la familia esté presente en los momentos necesarios”, comentó.
Por otro lado, el extenista tuvo palabras para su amistad con Fernando González y Marcelo Ríos, señalando que ambas son importantes.
¿Quién es más amigo tuyo? Le preguntaron. “Los dos, tengo la suerte de ser amigo de los dos. Son distintas personalidades pero con Fernando quemamos etapas juntos desde muy niños, imagínate partimos jugando desde los 10, 11 años juntos. Y con el Chino es una relación distinta, él tiene cuatro años más, entonces cuando él ya estaba viajando, mis primeros momentos con un referente fueron con él. Yo lo miraba como un espejo a seguir”, cerró.
