La tenista holandesa, Kiki Bertens, disputó una maratónica jornada en Roland Garros, tras vencer a la italiana Sara Errani por la segunda ronda del Grand Slam que se disputa en París.

Tras el encuentro, que duró más de tres horas, Bertens tiró la raqueta y se desplomó. Y a los pocos segundos, explotó en un llanto desconsolado.

De hecho la holandesa, que se quedó con el partido por parciales de 7-6 (5), 3-6 y 9-7, debió ser asistida por el personal médico debido a la intensidad del juego.

La tenista sufrió una serie de calambres, los cuales la dejaron paralizada. Pese a los trabajos recuperativos, la holandesa abandonó la cancha 14 en silla de ruedas.

Es más, cuando una de las asistentes quiso ayudarla a apoyar su pierna en el respaldo de la silla, exclamó un grito de dolor que se escuchó en todo el recinto.