Abatido tras desperdiciar dos sets a favor en la final del Abierto de Estados Unidos, el alemán Alexander Zverev se mostró seguro este domingo de que levantará un título de Grand Slam en su carrera.

“Tengo 23 años. No creo que sea mi última oportunidad. Creo que en algún momento seré un campeón de Grand Slam”, recalcó Zverev a periodistas tras caer en el ‘tie break’ del quinto set ante el austriaco Dominic Thiem en su primera gran final.

“Estuve muy cerca de ser un campeón de Grand Slam. Estaba a unos cuantos juegos, tal vez a unos cuantos puntos (…) Tuve muchas oportunidades en el quinto set y no las aproveché”, lamentó el alemán, número siete de la ATP y con 11 títulos en su vitrina pero que no había terminado de explotar en un torneo ‘Major’.

Una de las claves de su derrota fueron sus problemas en el servicio en la recta final. Zverev, que tiene uno de los mejores saques del circuito, cometió dos dobles faltas en el decisivo desempate, que achacó a un problema muscular.

“Me estaba acalambrando en el ‘tie break’. Mi cuádriceps izquierdo tenía calambres, no podía empujar más. Ya no podía golpear el primer servicio”, explicó el finalista más joven de un Grand Slam desde Novak Djokovic en 2010.

En la ceremonia de premiación, Zverev se emocionó hasta las lágrimas recordando a sus padres, ambos extenistas profesionales en la época de la Unión Soviética, de quienes dijo que no pudieron acompañarle a Nueva York porque dieron positivo por coronavirus.

“Hay personas especiales que no pudieron estar hoy en la tribuna. Quiero agradecerles a mis padres”, alcanzó a decir Sascha antes de que se le quebrara la voz. “Siempre están conmigo y me acompañan donde voy. Pero desafortunadamente mi papá y mi mamá dieron positivo por coronavirus antes del torneo y no pudieron estar aquí. Los extraño”, dijo.

El alemán necesitó de algunos segundos para recuperarse, pues la emoción no lo dejaba continuar.

“Esto es difícil. Estoy seguro que están orgullosos de mí, a pesar de la derrota. Ojalá algún día pueda llevar el trofeo a casa”, agregó.

“Están bien, en realidad ya son negativos”, dijo Zverev después a la prensa, enfatizando el dolor que sentía por la derrota ante su amigo y rival Thiem.

“Obviamente, estando dos sets por encima y luego perder no es fácil”, reconoció el alemán, que llegó a tener una ventaja de 5-3 en el último set con servicio para ganar y también desperdició una ventaja de 2-0 al inicio del ‘tie break’.

“El partido cambió cuando me rompió el servicio por primera vez en el tercer set. Él comenzó a jugar mucho mejor y yo mucho peor. Ahí fue cuando el partido cambió, pero todavía tuve muchas oportunidades después de eso”, reconoció.

Cuando le preguntaron por los aspectos positivos de su brillante paso por el US Open, Zverev desvio la mirada: “Esa pregunta llega posiblemente dos o tres días demasiado pronto”.